Se hace necesario mejorar la educación matemática, haciéndola con los movimientos de la matemática inicial: los de la naturaleza y las formas geométrica.
Si la evaluación se incorpora en el proceso de enseñanza-aprendizaje, va a permitir que se informe al estudiante sobre su proceso y no se convierta en un ejercicio puntual, externo y aislado.
Nuestros aprendices vienen con la información prácticamente incluida, pero carecen de lo más importante: las herramientas para convertir esa información en conocimiento.