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Bogotá abre espacios de diálogo para consolidar política de formación docente

En un coloquio con expertos de Chile, México y Colombia, la Secretaría de Educación del Distrito inició la socialización de esta política para su enriquecimiento y apropiación.

Diciembre 17, 2017

En este primer espacio, la secretaria de Educación, María Victoria Angulo, presentó los principales derroteros y avances de la apuesta de formación docente del gobierno de Enrique Peñalosa, la cual parte del reconocimiento de las maestras, maestros y directivos docentes como líderes de la transformación educativa a través de la estructuración de una oferta de formación inicial, posgradual, permanente y situada, con un enfoque de articulación a la innovación.

A partir de este contexto, se desarrolló un conversatorio con los especialistas invitados, quienes, desde su experiencia, aportaron distintas miradas en torno a la transformación pedagógica a través de la innovación educativa, columna vertebral del documento en construcción de la política de formación docente de Bogotá.

Mario Montoya, decano de la facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, destacó cuatro aspectos que considera importantes del documento de la política de formación de docentes de Bogotá.

En primer lugar, que no se está haciendo una política en el marco de un gobernante, sino de una política de Estado que va a permitir una continuidad, un proyecto en el que efectivamente hay un trayecto y una proyección con objetivos y sujetos claros y precisos.

En segundo lugar, que la política sea una acción social, en tanto tiene en cuenta siempre las voces de los maestros, los directivos, los padres de familia y a todos aquellos que están directa o indirectamente comprometidos con la educación.

El tercer elemento que celebra Montoya es el reconocimiento de maestros que investiguen, posibiliten horizontes de sentido, donde la innovación se convierta en algo poderoso, lo cual considera de una importancia mayor.

Como cuarto elemento, el decano de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital consideró muy importante que en el marco de la política se haya recogido la línea del sistema de formación docente de los últimos diez años.

“Creo que el reconocimiento no está solo en la dimensión académica, sino también en una apuesta que hace la Secretaría de Educación por reconocer las necesidades que los maestros tienen en formación permanente y posgradual. Creo que, además, habría que pensar en otra forma de reconocimiento social que tiene un maestro en términos salariales, que en el marco de una política es muy importante que se pueda seguir avanzando”, señaló Montoya.

Charles Keck, doctor en Educación, vinculado al sistema de educación pública en México, llamó la atención sobre la necesidad de inspirar a los maestros, lo que implica comunicar una magia que tiene una cualidad de mover, de energizar.

Para Keck el reto de la formación es cómo generar experiencias para los docentes que son inspiradores y le parece interesante que en Bogotá haya una gran preocupación de cómo abordar esa situación.

“El documento de política hace énfasis en una formación para la innovación, de la innovación para la formación. Pensaría que falta agregar la innovación en la formación, es decir, que la formación tiene que ser diferente, tiene que buscarse el arte de la formación, esa característica que es inspiradora”, precisó.

Respecto a la evaluación del desempeño docente y de los aprendizajes, Christian Libeer, coordinador del área de Evaluación Docente en el Ministerio de Educación de Chile, expresó la preocupación que existe hoy porque los docentes mejoren sus capacidades de reflexión, la interacción pedagógica y el trabajo colaborativo.

Estas características influyen en la confianza y en la solidaridad, en términos del aporte que hace el maestro al colectivo escolar y que, precisamente, la formación permanente que recibe el maestro se debe ver reflejada en el crecimiento de la institución educativa.

Según Charles Keck, “hay una relación estrecha entre la persona y el profesional. Es necesario abrir espacios para que el docente pueda reflexionarse libremente para permitirse crecer como persona, lo que contribuye significativamente a mejor las relaciones interpersonales, a disminuir los conflictos y a crear una cultura de confianza que consiste en atender cómo podemos aprender a convivir para poder colaborar y trabajar juntos. Es algo que debe concretarse en la política”, puntualizó.

De esta forma, la Secretaría de Educación deja abierto el espacio para recibir aportes que contribuyan al fortalecimiento del documento de política de formación de docentes e innovaciones educativas. Entre ellos, la mesa técnica de universidades, el comité distrital de capacitación y las redes de maestros.

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Jaqueline Cruz Huertas
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