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En Bogotá, los adultos mayores también van al colegio

Más de 780 hombres y mujeres adultos mayores volvieron al colegio para iniciar o continuar sus estudios. 

Septiembre 1, 2018

Para ser estudiante en Bogotá no se requiere una edad específica. Y por eso, el gobierno de Enrique Peñalosa, a través de la Ruta de Acceso y Permanencia Escolar, ha abierto oportunidades de estudio a todas las niñas, niños, jóvenes y adultos de las 20 localidades de la ciudad.

En los cerca de 780 mil estudiantes que asisten a los colegios oficiales de Bogotá, también se encuentran aquellos estudiantes que desde múltiples estrategias presenciales, semipresenciales y flexibles ha venido implementando la Secretaría de Educación, para la atención de personas que, por diferentes circunstancias, abandonaron sus estudios y buscan reiniciar o continuar su educación primaria o secundaria.

Este es el caso de María del Carmen Ortiz, una mujer de 70 años oriunda de Tibacuy, Cundinamarca, quien hasta hace pocos meses no sabía leer ni escribir. “A mis nueve años llegué a Bogotá para trabajar en casas de familia y por nuestras condiciones económicas, no pude asistir al colegio durante mi infancia y mi juventud”, recuerda.

A sus 19 años tuvo el primero de sus cinco hijos. Y los gastos diarios para su sostenimiento, junto a las múltiples responsabilidades que surgieron con los años, alejaron a Carmen de los salones de clase por más de 60 años.

Mientras tanto, Carmen se aseguró de brindarles a sus hijos lo que ella no tuvo. Y por eso, se encargó de que todos fueran a estudiar y terminaran su bachillerato en el colegio. No obstante, luego de que sus hijos culminaron sus estudios, Carmen confiesa que se sentía “incomoda porque aún no podía leer los avisos de los buses o las direcciones en la calle”, y por eso decidió empezar a estudiar.

Como ella, más de 780 adultos mayores en toda la ciudad, asisten al sistema educativo oficial de la capital, para que, sin importar su edad, su condición económica o social, iniciaran o retomaran sus estudios en el marco de la oferta de educativa oficial, a través de jornadas nocturnas, estrategias educativas flexibles y programas de alfabetización.

“Los adultos mayores son una población muy importante para nuestra ciudad, y por eso a más de 600 mujeres y 180 hombres mayores en las 20 localidades, les estamos brindando oportunidades de educación por ciclos certificados por las Instituciones Educativas Oficiales, para que adelanten sus estudios de grado 1 a 11 y se prepararen para ser bachilleres. Ellos, al igual que todas las poblaciones, tienen derecho a estudiar”, asegura el Director de Cobertura de la entidad, Carlos Reverón.

El Director afirma que el objetivo de las estrategias educativas flexibles es garantizar igualdad de oportunidades a todos los que estén interesados en adelantar sus estudios, y por eso, además de la población de adultos mayores, el Distrito atiende a cerca de 10 mil  estudiantes en espacios convencionales y no convencionales como colegios, centros de desarrollo comunitario, casas de igualdad de oportunidades, entre otros, gracias a alianzas con entidades como la Secretaría de Integración Social, de la Mujer o el Instituto para la Economía Social (IPES).

Educación pertinente y de calidad

La educación que se brinda a la población de adultos mayores, así como a personas LGBTI, mujeres víctimas de violencia, población indígena, jóvenes y adultos en Bogotá, cuenta con propuestas curriculares diversas y adecuadas a sus necesidades y contextos.

Por eso, de acuerdo con la Secretaría de Educación, además de garantizar el derecho fundamental a la educación, el objetivo es identificar y desarrollar las capacidades de los estudiantes a través de diferentes actividades pedagógicas.

“Nos enfocamos en una educación popular que aprovecha su experiencia y vivencias previas para construir nuevos conocimientos en las diferentes asignaturas”, asegura Carmen Carvajal, docente de la Universidad Pedagógica Nacional, con quien la Secretaría de Educación implementa una estrategia de educación flexible en ciclo 1 para la atención de la población iletrada de la ciudad.

La maestra explica que, a través de juegos, cantos e historias propias de su generación, los estudiantes trabajan guías e investigaciones y desarrollan un proceso de formación ajustado a sus necesidades. Un proceso que en sus palabras “es exitoso”.

“Es emocionante encontrar el compromiso y la energía con la que los adultos mayores participan en las actividades. Ellos saben que con esta oportunidad están siendo tenidos en cuenta y nosotros estamos aprendiendo de sus experiencias como personas, como hombres y mujeres con los mismos derechos”, concluye la docente.

Gracias a este proceso, Carmen Ortiz ya puede leer conjunciones de letras y trabajar en las guías que les asignan junto a sus compañeros. Así lo hace todos los lunes, miércoles y jueves con el objetivo de entender lo que por muchos años fue incomprensible y que, gracias a la educación oficial de la ciudad, hoy le produce gran satisfacción. Leer a sus 70 años.

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Sandra Cecilia Suárez García
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El cuerpo habla y la danza puede ser el camino para la exploración del ser y el medio para liberar las palabras que se encuentran encadenadas.