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Enseñanza personalizada apoyada por nuevas tecnologías, un modelo a seguir
El centro Julio Verne de Torrent, referente de la aplicación de las nuevas tecnologías en la educación, utiliza computadores y tabletas para optimizar la formación de los niños y jóvenes.
Los estudiantes toman nota en sus libretas, siembran sus plantas en el huerto escolar e interrumpen la clase para reunirse en asamblea y hablar sobre los sentimientos de cada uno. ¿Puede tener su colegio algún interés para la compañía Microsoft, dedicada al sector del software y el hardware? No solo lo tiene, sino que su centro ha sido elegido por el gigante tecnológico como uno de los 14 más innovadores de toda Europa. Y la clave no está en su uso de portátiles, tabletas o móviles.
O sí. Porque lo definitivo para esta empresa estadounidense es cómo toda esa tecnología ha cambiado el proceso de aprendizaje en el colegio Julio Verne de Torrent, ubicado en Valencia, España.
Privado y constituido como una cooperativa de profesores, esta institución educativa es, para Microsoft, un modelo a seguir (y copiar) en todo el mundo. ¿Hasta en Japón? Sí, pues por sus clases ha pasado una delegación del gobierno japonés de Saga en busca de inspiración para el cambio metodológico en tierras niponas. (Lea: Tecnología para mejorar la Educación)
En palabras de Inma Merino, directora de Sistemas del Grupo Sorolla al que pertenece el centro, “se usan herramientas tecnológicas profesionales y no de consumo para preparar a los niños para profesiones del futuro hoy inexistentes”. Es decir, la tecnología no se introduce en el aula porque esté de moda, sino porque con ella los alumnos profundizan en el trabajo colaborativo, la productividad, el autoaprendizaje. El objetivo no es que aprendan herramientas, sino que aprendan más y mejor.
Óscar Sanz, responsable del área educativa de Microsoft en España, lo resume con otras palabras: “Los estudiantes están usando las mismas herramientas que usan las principales empresas del Ibex 35”. Este enfoque de la formación al futuro es uno de los aspectos que más valora Microsoft. (Lea: El uso de la tecnología para desatar los sueños)
“Se motiva a los alumnos para que sean competentes en las habilidades del siglo XXI”, añade Sanz. Un ejemplo son las actividades de programación y robótica que se trabajan desde las primeras clases: no porque todos vayan a ser ingenieros, sino que se busca desarrollar el pensamiento abstracto.
La enseñanza personalizada es el otro punto fuerte que facilita la tecnología. El trabajo en la nube permite a los profesores controlar en tiempo real cuánto tarda un alumno en realizar un ejercicio o cuántas veces lo ha tenido que repetir.
Las tareas que le irá asignando su tutor se adaptan a este ritmo. Y, ¿por qué no plantear un juego de química con PowerPoint? “Si el juego no te sale, lo intentas otra vez porque no es frustrante”, destaca Merino. He ahí el valor de la gamificación o el aprendizaje divertido. (Lea: Gamificación y educación)
Por estos modelos que se han implementado en este colegio, ha sido catalogado como una de las 14 instituciones referentes en la aplicación de las nuevas tecnologías. Un ejemplo a seguir que, con buen currículo y fáciles tareas por parte de docentes, administrativos y estudiantes, deja óptimos resultados.
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