La experiencia pedagógica: mucho más que solo enseñar

Al hablar de experiencia pedagógica tememos que hablar desde varias dimensiones, la primera de ellas es la que nos remite según Larrosa (p.1, 2011) a que es "lo que nos sucede", pero en efecto lo que nos sucede ha perdido significado en el sentido que estas experiencias, ya están condicionadas y son pre-fabricadas.

Por ello cuando "experimentamos" durante las practicas pedagógicas, no existe realmente ese sentido que nos expone a reflexionar sobre nuestro oficio de manera critico-reflexiva, la falta de tiempo para poder dar una clase o estar sujetos a una guía reducen este proceso y lo acercan a una labor que se asimila más a una técnica aplicada desafortunadamente.

A propósito de la experiencia pedagógica, en este periodo tuvimos la oportunidad de ver como uno de los maestros más ilustres y arquetipos de buen maestro el profesor Luis Miguel expuso su proyecto y por supuesto obtuvo una experiencia exitosa (para su fortuna) de cómo llevar a sus estudiantes un currículo con contenidos que los hicieran reflexionar de manera crítica.

Para ello, puedo identificar varios elementos que en su caso sirven de manera ejemplar; entre ellos el hecho de desafiar un status quo existente en el colegio, los juzgamientos de los padres, e incluso consigo mismo por el compromiso que implica además de los señalamientos de parte de sus colegas ya que es algo "raro" que se sale de los paradigmas, pero es precisamente eso, ir a lugares inexplorados lo que hace que la experiencia nutra de sabiduría a un docente.

Pero no solamente es tirarse al ruedo y tener un poco de suerte para lograr resultados, la investigación en la práctica tiene un peso muy grande. ¿Cómo poder abordar temas de sexualidad?, ¿cómo conectar efectivamente con los estudiantes? y ¿cómo proponer métodos de planificación efectivos? fueron las preocupaciones que llevaron al profesor a indagar sobre la realidad próxima de su contexto y dar una solución, esto sumado también al interés que surge desde su propia historia que lo definió quien es, su pasión reflejada en actos que generan un cambio en la comunidad que va más allá del ambiente académico y que entra en los hogares.

Es allí donde la práctica pedagógica alcanza su nivel deseado cuando permea escenarios de la cotidianidad donde cumple una función de reflexividad y luego otra donde el actuar transforma realidades.

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