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Usme, una gran escuela inclusiva y rural

Las múltiples estrategias, metodologías y escenarios que tiene la localidad para la educación de todos sus niños, la identifican como una gran escuela de inclusión y ruralidad. 

Agosto 22, 2018

Más de 450 mil personas viven actualmente en Usme: una localidad en la que convergen habitantes de la zona urbana y rural de Bogotá y en la cual los colegios son espacios de constante intercambio de experiencias y aprendizajes.

Esta dinámica la hace un territorio único, en el cual la ruralidad y la educación inclusiva tienen un papel permanente y protagónico. Por eso, el pasado 10 de agosto, colegios públicos y privados de las veredas y barrios de esta localidad se unieron para compartir y reflexionar sobre sus experiencias como ‘Escuela inclusiva y rural’, lema de su Foro Educativo Local 2018.

Estrategias en atención a población en condición de discapacidad, estudiantes en extra edad, víctimas del desplazamiento forzado, estudiantes LGBTI, madres y padres gestantes de temprana edad, entre otras, se unieron en una gran propuesta alrededor del arte, la música, la danza y conversatorios realizados en las instalaciones del colegio El Destino.

“Trabajamos con población muy diversa que llega de las zonas perimetrales a nuestros colegios. Pero para nosotros no hay diferencia de raza, edad, situación económica o social. En nuestro foro quisimos demostrar esa identidad con una gran propuesta integradora, que evidenciara cómo abordamos unidos estos retos desde las 6 UPZ de localidad”, aseguró la directora Local de Educación, Claudia Villarreal.

Colegios como el Uval, una institución ubicada entre los límites de la zona urbana y la rural de Usme, a la cual asisten estudiantes campesinos y de los barrios urbanos, es una clara evidencia de la apuesta de la localidad por la inclusión de su población educativa.

Carlos Alberto Niño, docente de educación media integral en arte y diseño, explica que a través del arte crearon un performance llamado ‘Fronteras de inclusión’ en el cual se muestra la relación cotidiana de los estudiantes que asisten a los salones y los acuerdos que se han hecho entre la población urbana y rural del colegio, para convivir y aprender juntos.

“Entre estudiantes y maestros creamos unas demandas, unas máximas para estar en el colegio y las llevamos a una expresión artística: le debemos respeto a los campesinos, no hay personas de tercera o cuarta categoría por tener un estrato, ni somos números. Además, identificamos a lo rural como parte de Bogotá. La ruralidad y la inclusión nos han enseñado a comprendernos y ayudarnos en las huertas, en los exámenes. A entender que somos uno”, afirma el docente.

Por otro lado, Hermes Reina, rector del colegio rural El Destino y administrador de los fondos de 10 colegios rurales más de esa localidad, asegura que, la localidad tiene un gran impacto en la inclusión con la atención de niños con necesidades educativas especiales, pues de los 1200 estudiantes que habitan en estas zonas de la ciudad, el 20 % aproximadamente tiene esta condición.

“En Usme, con la apuesta que tenemos desde los espacios artísticos y culturales, que hemos unido en torno al Foro Educativo Local, estamos aportándole a un mejor desarrollo y logro de habilidades y competencias en nuestros niños y sus familias”, afirmó.

Una oportunidad para fortalecer la ciudad educadora

Además de propiciar la integración de la comunidad educativa, el Foro Educativo de Usme también permitió abrir la discusión sobre los desafíos que enfrenta la localidad en el fortalecimiento de la educación inclusiva y la ruralidad.

Los encargados de generar este debate fueron los invitados Ángel Ramírez, docente e investigador de experiencias en integración de población rural al sistema educativo y Carlos Reverón, director de Cobertura de la Secretaría de Educación, quienes coincidieron en que la ruralidad de Bogotá está viviendo grandes transformaciones que implican poner en el centro de la discusión las necesidades de sus poblaciones, la búsqueda de alternativas para el fortalecimiento de sus oportunidades en el territorio y la educación como el medio más apropiado para avanzar en ese propósito.

“Queremos que todos nuestros colegios sean inclusivos y que reconozcan la diversidad de sus estudiantes sin importar sus condiciones. Ese es el objetivo del foro, problematizar sobre esa diversidad que existe en el territorio y en especial en la ruralidad, en la que aún hay diferencias que están determinando el futuro y las oportunidades de sus niñas, niños y jóvenes”, aseguró el director, Carlos Reverón.

Con ese propósito, actualmente Bogotá trabaja en la construcción de una política educativa rural que aborda desde 6 líneas el fortalecimiento de la ruralidad y la inclusión en la ciudad: hacer que los colegios rurales sean eje de desarrollo social, garantizar trayectorias educativas completas a sus estudiantes, hacer un uso adecuado del tiempo libre, fortalecer la pertinencia de la educación en la ruralidad, vincular a las familias y hacer de la escuela un centro para la cultura de paz.

“Las estrategias pedagógicas hoy requieren reconocer la diversidad territorial, adaptarse a las condiciones de las localidades y su ruralidad y deben incluir a las familias a lo que pasa en el proceso educativo”, aseguró el Director, quien invitó a padres de familia, rectores, docentes y comunidades a participar de manera activa en los foros locales de educación, así como en el Foro Educativo Distrital 2018 para construir, entre todos, la política educativa de la ciudad educadora.

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