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Costurero de la Memoria: Kilómetros de vida y de memoria

Una práctica educativa que surge como una estrategia de acompañamiento a víctimas, en su mayoría mujeres, de distintos hechos violentos.

Agosto 8, 2019

“Nosotros hacemos memoria siempre en mayúsculas, porque hacer memoria es luchar, luchar sin violencia contra la injusticia, la impunidad y el olvido; es un acto de resistencia, de valor incalculable, es nombre propio, es una apuesta de fortaleza del alma”. 

Marina Salazar.

El Costurero de la Memoria: Kilómetros de vida y de memoria, uno de los colectivos que se reúnen en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación desde el año 2013, se autodenomina como “un espacio de encuentro, sanación, y construcción colectiva en el que, desde el acto de coser y otros saberes, [se] reconstruye la memoria histórica de las víctimas” (Costurero de la memoria, 2019).

En principio, el costurero surge como una estrategia de acompañamiento a víctimas, en su mayoría mujeres, de distintos hechos violentos –entre ellas, una cantidad significativa de madres de víctimas de la práctica criminal conocida como “falsos positivos”-; sin embargo, luego fueron incorporándose otro tipo de actores.

De acuerdo con Marina Salazar -una de las costureras-, la idea de consolidar este espacio surge cuando Francisco Bustamante, un artista plástico de la Asociación MINGA, da a conocer el testimonio de una madre que pierde a tres de sus cuatro hijas en medio del conflicto y cose un cubrelecho con sus ropas.

De tal manera, se establece una metáfora entre el acto de coser y el acto de sanar; la aguja es entonces un instrumento poderoso para hacer memoria y un pretexto para el diálogo. En palabras de Marina, “se trata de remendar esas heridas que tienen esas personas que llegan al costurero”.

Por tal razón, las personas que integran el costurero buscan estimular ejercicios participativos de reconstrucción de memorias individuales y colectivas sobre las violencias en el marco del conflicto armado, ocurridas en todo el territorio nacional. Así, mediante un ejercicio de confección y bordado de telas que se erigen como relatos visuales, fruto del diálogo entre distintas voces, buscan hacer una denuncia pública de distintos hechos victimizantes que los han afectado. De esta manera, se afianzan los aportes hacia la justicia, la reparación y la no repetición.

Algunas otras experiencias significativas que ha tenido el costurero en su proceso de consolidación como actor y sujeto de memoria han sido la conformación del Costurero de la paz; un encuentro mensual en la Plaza de Bolívar con el fin de visibilizar su labor; la Peregrinación al Copey en el 2015, para exigir justicia frente al asesinato de Óscar Morales Tejada; así como la participación en La memoria envuelve a la justicia, una iniciativa que propone intervenir lugares emblemáticos como acto de denuncia pública ante la impunidad.

El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, en aras de fortalecer distintas iniciativas participativas relacionadas con la reconciliación y la paz, ha abierto sus puertas al taller de los oficios: un espacio en el que convergen grupos de costureros tales como Kilómetros de vida y de memoria. 

Por ello, cada jueves de dos a cinco de la tarde se reúne el colectivo para bordar y recordar. Todas las personas interesadas en participar de esta experiencia pueden acercarse al Centro de Memoria para conocerles y, quizás, concertar la implementación de la metodología de la Caja de herramientas en sus comunidades.

Lea el contenido original publicado en el portal del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

 


Imagen experiencias.centromemoria.gov.co

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Martial Heriberto Rosado Acosta
Gran Maestro Premio Compartir 2004
Sembré una semilla en la tierra de cada estudiante para que florecieran los frutos del trabajo campesino en el campo que los vio nacer