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Remar para enseñar: la travesía de una maestra unidocente para que el aprendizaje continúe

Vocación por la enseñanza. La docente María Lourdes Bu Hernández se translada en moto y en canoa para llegar la escuela. Así es la vida de esta educadora en Honduras. 

Agosto 24, 2021

La vocación por la enseñanza motiva a la maestra María Lourdes Bu Hernández a emprender la travesía de trasladarse en motocicleta, incluso en estado de embarazo, y luego cruzar un río en canoa para llegar hasta su escuela y poder impartir clases presenciales en una comunidad donde no hay acceso a televisión, radio ni internet. Pese a que en Honduras las clases se a traves de canales digitales, radio, y televisión como medida instaurada por el gobierno en respuesta a COVID-19, María sigue dictando clases presenciales ya que la tecnología no ha llegado al Caserío La Bolsa en el Municipio de San Esteban, Departamento de Olancho, Honduras. La comunidad tiene 30 viviendas y a sus clases asisten 20 estudiantes indígenas de la etnia Pech.

María es maestra unidocente en la Escuela Rubén Darío, una escuela multigrado que reúne a alumnos de diferentes edades y niveles. Hablamos con esta docente hondureña sobre su motivación y su labor por incentivar la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo para que el aprendizaje continúe en esta zona rural de Honduras, un esfuerzo y ejemplo que la hizo merecedora del reconocimiento REDUCA en 2020.

¿Cuál ha sido el mayor reto para mantener las clases presenciales en contexto de pandemia?

En 2020, tenía 6 meses de embarazo y me iba con mi esposo y mi hijo de un año y medio en la motocicleta a una hora de camino. Luego, dejábamos la moto y caminamos media hora hasta llegar al río y, luego, cruzábamos el río en canoa por 20 minutos hasta el centro educativo. Cuando llegaba al centro educativo, encontraba a los niños que estaban felices esperándome. Ha sido difícil, pero sabíamos que íbamos a asumir un riesgo como docentes con esta pandemia.

¿Cuáles son las mayores dificultades que enfrentas como profesora unidocente?

Encuentro varias dificultades. Primero, ayudar a niños que se supone que ya deberían haber pasado a sexto grado y si le preguntas, por ejemplo, “¿cuánto es dos más dos?”, no saben qué responder. Tengo que volver a enseñarles como si estuviesen en primer grado y hacerles comprender las asignaturas que ya debían haber alcanzado. También, el tiempo que comparto con ellos.

¿Cuánto duran tus clases?

Imparto dos horas de clase a la semana y dicto clases de español y matemáticas. Ahora que están cerrados los centros educativos, yo estoy visitando a los niños en sus casas y estoy con ellos entre 30 a 40 minutos, dependiendo la dificultad del niño. Lo bueno es que tengo el apoyo de mi esposo para ir de una casa a la otra en el caserío una vez a la semana.

¿Qué logras enseñarles en 30 minutos?

Los niños son como una esponja y absorben todo a su alrededor y lo que les enseñas. Hay una frase que me gusta usar mucho: “la palabra convence pero el hecho arrastra”, es decir, el hecho de verme en sus casas los incentiva a seguir aprendiendo y a prepararse para la siguiente semana. Les llevó fotocopias de cartillas donde hay ejercicios de matemáticas o cuentos de español. Me doy cuenta que tengo un impacto en los niños porque me dicen sus padres: “el aprendizaje se mantiene cuando viene la maestra”. A los estudiantes les causa alegría que en tiempos de pandemia se les esté dando clases. Todos usan mascarilla y se desinfectan las manos con alcohol.

¿En qué estado se encuentran tus estudiantes?

Siempre he visto la necesidad económica en mis estudiantes. Hay niños que llegaban al salón sin comer, sin zapatos y hasta con su ropa rota. Es una comunidad de bajos recursos. Ahora que me traslado a sus casas, he encontrado varias dificultades en los hogares de los niños. Esta crisis es un peso más para ellos. En muchos casos, sus padres están enfermos y tienen unas condiciones de salud muy precarias, pero igual llegas a sus casas y los padres de familia te reciben con la mejor actitud. Te motivan a seguir.

Se habla de plataformas digitales y de recursos educativos virtuales o por televisión o radio. ¿Cuál es el caso de tu comunidad? ¿Cómo te contactas con tus estudiantes?

Ellos ya saben que yo llego los viernes a las 9 de la mañana y me quedo alrededor de dos horas en el pueblo. A menos que haya imprevisto, no asisto ese día. Mis estudiantes me están esperando porque no tengo manera de comunicarme con ellos sino cuando voy. No existe ningún tipo de señal, ni televisión ni radio. En la comunidad solamente hay dos personas que cuentan con teléfono.

¿Qué habilidades son las más importantes durante tu labor como maestra?

La comunicación y la empatía para tener una relación fraternal con los estudiantes. Así logro tener una relación estrecha con mis estudiantes y con los padres de familia. Me asombra la voluntad y compromiso de los niños y las niñas. El sueño de todo maestro es poder verlos crecer y desarrollar esas habilidades, así como tener el aula adecuada para los alumnos. En la escuela sólo tengo el pizarrón y el escritorio y me encantaría poder tener una biblioteca y que cada estudiante tenga su pupitre.

¿Qué futuro te ilusiona para tus estudiantes?

Me gustaría ver a mis alumnos cursando secundaria y en la universidad. Pero, por la condición económica en que se encuentran, es muy difícil. Como es una comunidad de escasos recursos, los padres los preparan para trabajar en la tierra, prácticamente se quedan en la misma comunidad y es raro, o sería extraordinario, si algún niño que pasara la secundaria o fuera a la universidad.

¿Qué te inspiró a ser maestra?

Desde niña jugaba a que era maestra y lo fui sembrando desde pequeña. Mi motivación principal es ver a los niños con la alegría en que me reciben. La necesidad que tienen ellos de alimento educativo es lo que me mueve. Los estudiantes se entusiasman al verme, sacan sus cuadernos y mochila. Incluso, cuando les pregunto qué les gustaría ser cuando crezcan, la mayoría dicen que quieren ser maestros. Sin duda, eso es lo que motiva.

Este contenido fue publicado originalmente en Enfoque Educación

 


Imagen freepik.es

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María Del Rosario Cubides Reyes
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