Educación artística para estimular la creatividad

¿Qué tan artística y creativa es la educación a la que acceden nuestros estudiantes? ¿Existen suficientes espacios para promover la creación y realización de ideas artísticas? ¿O por el contrario, carecemos de franjas para que los jóvenes puedan pensar en algún tipo de actividad artística en la que se puedan interesar?

Pintura, escultura, arquitectura, música, danza y poesía, literatura y cine (el séptimo arte según muchos), forman parte del abanico de disciplinas bajo las que se puede ejecutar cualquier actividad artística. Cada una de estas formas de arte promueve, a su manera, habilidades y destrezas que se desarrollan al realizar diferentes tipos de creaciones.

La educación artística entonces, puede ser definida como: “(...) el campo de conocimiento, prácticas y emprendimiento que busca potenciar y desarrollar la sensibilidad, la experiencia estética, el pensamiento creativo y la expresión simbólica, a partir de manifestaciones materiales e inmateriales en contextos interculturales que se expresan desde lo sonoro, lo visual, lo corporal y lo literario, teniendo presentes nuestros modos de relacionarnos con el arte, la cultura y el patrimonio” [1].

En un mundo tan cambiante como en el que vivimos ahora, la creatividad se convierte en una herramienta esencial. El ser creativo sobresale de la multitud: por su forma efectiva de abordar los problemas y aportar soluciones en escenarios que necesitan más preguntas que respuestas.

En un mundo tan cambiante como en el que vivimos ahora, la creatividad se convierte en una herramienta esencial. El ser creativo sobresale de la multitud: por su forma efectiva de abordar los problemas y aportar soluciones en escenarios que necesitan más preguntas que respuestas.

Sin embargo, la realidad habla de una educación que cada vez le presta menos atención a la educación artística. En Inglaterra por ejemplo, un artículo publicado en The Guardian habla con preocupación de los recortes sistemáticos que sufre el presupuesto para la educación artística en este país y afirma casi en modo fatalista que esta área está siendo sistemáticamente eliminada del currículo educativo.

En Colombia, actualmente existen lineamientos curriculares para promover la educación artística en la formación básica y media. Los lineamientos fueron formulados oficialmente por el Ministerio de Educación y en el documento de más de 90 páginas, se destacan las bondades de incluir dicha formación en el aula: “(...) se trata de una educación por las artes, que busca contribuir a la formación integral de los individuos a partir del aporte que realizan las competencias específicas sensibilidad, apreciación estética y comunicación al desarrollo de las competencias básicas”.

Pero, los recursos, la extensión de las jornadas y las exigencias académicas, tienen un efecto negativo para la promoción de la educación artística en muchos escenarios. Es importante destacar que los lineamientos como tal sí existen dentro del esquema educativo oficial, pero valdría la pena analizar si se están generando condiciones para que ellos puedan lograrse. Infraestructura apropiada, docentes con formación apta para enseñar estas disciplinas, tiempo dentro de la jornada escolar y apoyo de parte de los estudiantes y los padres de familia para que este tipo de formación pueda ser incluida y aprovechada por la comunidad escolar.

La invitación queda abierta para que los directivos de las escuelas puedan incluir estos espacios dentro de las actividades escolares habituales. Es importante además que, más que los lineamientos que ya existen, el Ministerio de Educación Nacional incluya dentro de su revolución educativa un énfasis a este tipo de formación, que puede ser estimulante y muy útil para nuestros estudiantes.

[1] _{Definición de Educación Artística y Cultural divulgada por el Plan Nacional de Educación Artística, en virtud del Convenio 455 celebrado entre los ministerios de Cultura y de Educación de Colombia, en el marco del Congreso Regional de Formación Artística y Cultural para la región de América Latina y el Caribe. Medellín, 9 de agosto de 2007.}