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Ética y profesión

Hoy más que nunca se requiere de procederes éticos que permitan consolidar un tipo de sociedad que funcione de manera ordenada e igualitaria.

Noviembre 20, 2015
 “No podemos saber lo que es bien o mal, pero debemos hacer el bien”
 (Carnelutti).

Hablar de moral y de ética no es una tarea fácil en un país como Colombia, porque infortunadamente caímos en un vacío ético que se intensifica cada día en nuestra sociedad. La anterior premisa la demuestran los múltiples actos de corrupción de algunos gobernantes y empresarios, y por ello se hace necesario poner el tema de la moral y la ética como prioritarios en los ambientes universitarios, donde se forman los profesionales y especialmente los maestros.

Es necesario reconocer que todos los seres humanos tenemos, a partir de nuestra libertad de elección y de los valores a los que adherimos, una determinada visión del mundo: creemos diferenciar correctamente lo bueno y lo malo. Todo esto gracias a una poderosa guía interior, implacable, que se llama habitualmente conciencia, y a la que resulta imposible evadir a la hora de hacer ejercicios reflexivos sobre nuestro actuar y él de los demás. (Rodríguez, 2011. Obtenida en marzo de 2013 de redcriticaonline.wordpress.com/).

La capacidad de elección del ser humano llamada “libre albedrío” nos lleva a asumir un papel fundamental en el desarrollo de la sociedad a la hora de tomar decisiones ya que cada uno de nosotros asume las consecuencias de sus conductas buenas o malas durante el desarrollo de su vida, conductas que de una u otra forma afectan para bien o para mal a los demás.

Este ejercicio ciudadano de decidir lo bueno, no deja de llamar la atención cuando el profesional no es capaz de medir las consecuencias de los actos y de las responsabilidades civiles, políticas, sociales, penales, culturales y empresariales que una mala decisión y acción pueden generar tanto en el plano personal como en el social.

El concepto de ética en las profesiones, es dinámico como lo evidencian los cambios en su definición a través de la historia, sin embargo, siempre ha estado vinculado a las ideas de ley, moral y cultura, que rigen a los miembros de una determinada sociedad.

La ética profesional

En la sociedad colombiana actual, donde prevalece el “cuánto tienes, cuánto vales”, se tiende a privilegiar la riqueza como lo más preciado, y en consecuencia los profesionales pueden llegar a poseer una crisis de sentido al considerar que el éxito profesional está asociado únicamente con el dinero. Bajo este supuesto lo que importa es obtenerlo a como dé lugar, incluso en contra de las normas de conducta y los códigos éticos, tal y como lo informan permanentemente los medios de comunicación. Es así como esos reportes de los medios evidencian en no pocos casos que algunos profesionales no interiorizaron los principios y las normas éticas que deben guiar su práctica profesional.

En el marco anterior y con el ánimo de transformar la cultura de la violencia y la corrupción, es prioritario realizar un ejercicio académico y social que permita recuperar el conocimiento y la interiorización de las normas morales sistematizadas en los códigos de ética y llevarlas a la práctica a través del ejercicio profesional. En otras palabras, es necesario revitalizar la ética en las profesiones, porque, como dice Charles Taylor (1998) uno de los rasgos de la Modernidad consiste en revalorizar la vida corriente frente a las vidas heroicas, arriesgadas y nobles, tan admiradas en otras épocas, hacer excelente esa vida cotidiana constituye una auténtica revolución social. Y justamente "buscar la excelencia" en la vida corriente es lo que pretende la ética en las profesiones, como vacuna que inmunice a los profesionales contra la corrupción, la irresponsabilidad social, el dinero fácil, la deshonestidad, entre otras amenazas. (Recuperado el 1 de agosto de 2013 de elpais.com/diario/1998/02/20/opinion/887929205_850215.html).

Por lo anterior es que el profesional de hoy está obligado a desarrollar un “ethos” responsable hacia los demás y a todo lo que existe. La responsabilidad revela el carácter ético de la persona y los centros educativos en sus planes de estudio, metodologías de enseñanza y normas de convivencia tiene que fortalecer este valor en sus estudiantes.

“En la sociedad colombiana actual donde prevalece el “cuánto tienes, cuánto vales” porque se tiende a privilegiar la riqueza como lo más preciado, los profesionales pueden llegar a poseer una crisis de sentido”.

Quienes ingresan a un centro de enseñanza a aprender sobre una determinada profesión pueden tener motivos diversos para hacerlo: como el de costearse una calidad de vida digna o el de enriquecerse, por vocación o por presión familiar o laboral. Pero, sea cual fuere su intención o su motivación personal, lo que es cierto es que, al ingresar en la profesión, debe asumir el norte que le da sentido. No puede un profesional justificar su negligencia alegando que quisieron hacerse profesionales por ganar dinero desconociendo el elemento social que tiene toda profesión.

La responsabilidad profesional impone algunas tareas prioritarias en una sociedad como la nuestra convulsionada por la violencia, el narcotráfico y la corrupción, entre otros males. Respecto a la sociedad, hay que desplazar el eje de la competición a ultranza que usa la razón mercantilista, hacia el eje de la cooperación que usa la razón cordial y de la sana convivencia, eso implica pasar de la acumulación de riqueza, a la producción de lo suficiente y digno para todos.

Conviene recordar, en principio, que una profesión es un tipo de actividad social, a la que se han atribuido desde Max Weber un buen número de características, donde se destacan las siguientes:

1. Se trata de una actividad que presta un servicio específico a la sociedad de una forma institucionalizada. El servicio ha de ser indispensable para la producción y reproducción de la vida humana digna, como se evidencia en el hecho de que personal sanitario y docentes, juristas, ingenieros, arquitectos, empresarios o economistas y un largo etcétera, sean imprescindibles, no sólo para mantener la vida humana, sino para promover una vida de calidad.

2. La profesión se considera como una suerte de vocación, lo cual no significa que alguien se sienta llamado a ellas desde la infancia, sino que cada profesión exige contar con unas aptitudes determinadas para su ejercicio y con un peculiar interés por la meta que esa actividad concreta persigue. Sin sensibilidad hacia el sufrimiento de la persona enferma, sin preocupación por transmitir el saber y formar en la autonomía, sin afán por la justicia, mal se puede ser un buen médico, enfermera, docente, jurista. Y así podríamos seguir con las profesiones restantes.

3. El profesional, al ingresar en su pregrado de formación y demás espacios de actualización, se compromete a perseguir las metas de esa actividad social, sean cuales fueren sus motivos privados para incorporarse a ella. Los motivos individuales no son razones, no se convierten en argumentos si no tienen por base las exigencias de la meta profesional.

Por eso importa revitalizar las profesiones, recordando cuáles son sus fines legítimos y qué hábitos es preciso desarrollar para alcanzarlos. Hay autores como Mockus que afirman que cuando usted actúa conforme a lo que su conciencia le dicta, hay algo así como una “auto gratificación” bioquímica, pero en cambio que si usted actúa contra ella hay malestar, hay pérdida de armonía y en la tradición judeocristiana hay culpa y/o autocastigo.

Es por esto que la autorregulación en el profesional por medio de la ética profesional, consiste entonces no solo en la interiorización de normas, sino en la obediencia de ellas. Una autorregulación que guía a cada quien, a través de sentimientos de auto aprecio, de colocarse en el lugar de los otros y de seguir los principios de la profesión.

Hace algunos meses en una entrevista a un medio escrito, un magistrado de la república haciendo alusión a un caso de soborno soltó esta perla: "Nuestros estándares éticos son, digamos, blanditos”. Triste realidad para una sociedad donde es tan corrupto el que pide el soborno como el que lo ofrece ¿Qué dicen los empresarios que por no perder negocios ceden a estas propuestas?

Este tipo de situaciones son las que debe enfrentar a diario el profesional en la implementación y desarrollo de su ejercicio, donde se debería trascender del "ethos burocrático" de quien se atiene al mínimo legal al que logra el "ethos profesional” que es la excelencia, porque su compromiso fundamental es el mejoramiento de la sociedad. Es tiempo, pues, no de despreciar la vida corriente, sino de introducir en ella la aspiración a la excelencia.

Fuentes bibliográficas:

  • CALVO Quintin. El espíritu de la moral cristiana. Verbo Divino, Navarra.1987
  • CORTINA Adela. Alianza y contrato. Política, ética y religión. Madrid, Trotta, 2001. Colección: Estructuras y procesos. Ciencias sociales
  • HARRIS, Marvin. Antropología Cultural, Editorial Alianza.1998.

·      HERRERA Martha Cecilia, BITTENCOURT Agueda. Política, intelectuales y espacio público en las sociedades contemporáneas. Esbozos históricos sobre cultura política y formación ciudadana en Colombia: actores, sujetos y escenarios Bogotá. Editorial Magisterio. Colección Civitas. 2008.

·      MOCKUS Antanas. Ley, moral y cultura ¿pueden ir en la misma dirección? Periódico Palabra Maestra Premio Compartir al Maestro. Número 15 - Abril de 2007.

  • NAVARRA, Stella. 10 palabras clave en ética de las profesiones. Verbo Divino, 2000. Colección: 10 palabras clave en-sobre, 20
  • RODRÍGUEZ, Álvaro y otros. Ciudadanía y Escuela: “Experiencias pedagógicas” Artículo: Una Experiencia de Formación Ciudadana Institución Educativa Compartir Suba – Instituto de Investigación Educativa y Desarrollo Pedagógico –IDEP- 2006
  • RODRÍGUEZ CRUZ, Héctor Manuel. Comportamiento ético y acción política, Universidad Complutense de Madrid, 2011.

·      TASSIN Etienne. Identidad, ciudadanía y comunidad política: ¿Qué es un sujeto político? En: QUIROGA Hugo, VILLAVICENCIO Susana, VERMEREN Patrice (comp.). Filosofías de la ciudadanía. Sujeto político y democracia. Homosapiens ediciones. Argentina. 2001.

·      ZULETA, Estanislao. Educación y Democracia un campo de combate, 1985.

TEXTOS ELECTRÓNICOS, BASES DE DATOS Y PROGRAMAS INFORMÁTICOS

 www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/21621/JVM_TESI.pdf.txt?sequence=2

www.salvador-trinxet-llorca.com.es/faqs/

elpais.com/diario/1998/02/20/opinion/887929205_850215.html

www.elpais.es/articulo.html?xref=19980220elpepiopi_5&type=Tes&anchor=elpepiopi&d_date=19980220

dpce.blogspot.com/2007/10/el-sentido-y-futuro-de-las-profesiones.html

es.scribd.com/doc/14207287/Etica-por-Leonardo-Boff

eticaenbarranquilla.blogspot.com/2012/05/etica-profesional-ejercicio-de-lectura.html

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Abogado, con especialización en opinión pública y mercadeo político y Magíster en Educación.
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Sandra Cecilia Suárez García
Gran Maestra Premio Compartir 2013
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