Fecode muy conservador

Los reiterados paros del magisterio en Colombia han llegado a un punto en el que definitivamente tenemos que empezar a pensar en acuerdos políticos y colectivos que nos permitan avanzar hacia una meta del colombiano que queremos formar.

Necesitamos acuerdos entre los distintos sectores políticos y entre los distintos sectores de la sociedad para avanzar en esa dirección. Y en este sentido considero que los gremios docentes son muy conservadores para lograrlo. Siguen proclamando por sus propios beneficios y por una escuela tradicional.

Con esto no estoy desconociendo que las peticiones de Fecode con respecto a aumentar el gasto en educación son razonables, como bien lo analiza y argumenta Ángel Pérez para Razón Pública “es un hecho que los recursos del Estado son limitados, pero en Colombia hace falta una discusión seria acerca de cuáles son las prioridades de gasto y cuáles podrían ser las fuentes de financiación seguras para la educación. La corrupción, la mala gestión de lo público y la informalidad deslegitiman al Estado y atentan contra la financiación del sector social. Y, sin embargo nos negamos a buscar nuevos mecanismos para conseguir y garantizar recursos que permitan pagarles bien a los docentes y contar con escuelas de alta calidad para los niños y jóvenes”.

Sin embargo, cuando uno tiene la posibilidad de hablar en intimidad con los docentes, ellos son conscientes de sus dificultades para abordar el proceso de enseñanza y también de las dificultades de la escuela tradicional. Si hubiese suficiente habilidad política de Fecode, del gobierno y de otros grupos y partidos podrían hacerse acuerdos sustantivos para llevar adelante políticas educativas encaminadas a un cambio de paradigma educativo: empezar a modificar el profesorado, formar a los antiguos y nuevos docentes en ese nuevo paradigma.

Lo que más nos debe preocupar es cómo incorporamos a los jóvenes en un mundo laboral que se estrecha cada vez más; cómo a través de  la educación les proporcionamos una formación amplia que les permita incorporarse donde realmente quieren y no seguir cayendo en la dicotomía de antaño: educación técnica y académica tradicional; esta división dentro de los nuevos paradigmas se diluye cada vez más.

El modelo de la escuela tradicional era un modelo basado en la propuesta de la ilustración, pretendía alumnos instruidos lo que suponía docentes poseedores de todo el saber y capaces de trasmitirlo. Bajo los nuevos paradigmas el ambiente de aula cambió, ahora está dominado por el alumno y las nuevas tecnologías, en el cual se prefiere a un estudiante activo, capaz de investigar, capaz de llevar adelante proyectos, y esto inmediatamente modifica el rol del docente poseedor de todo el conocimiento en favor de un profesor que vela por un alumno capaz de interrogar la realidad, de solucionar problemas; por supuesto que entre más capacitados y preparados estén los docentes, mejor resultará el modelo.

En Colombia el cuerpo docente está conformado por casi 400.000 profesionales de los cuales una multiplicidad no son grandes maestros, sin embargo, todos están enfrentados a educar a los jóvenes para un mundo que no conocemos y ofrecerles elementos para que sean capaces de comprender el mundo en el que viven.

Lo que más nos debe preocupar es cómo incorporamos a los jóvenes en un mundo laboral que se estrecha cada vez más; cómo a través de  la educación les proporcionamos una formación amplia que les permita incorporarse donde realmente quieren y no seguir cayendo en la dicotomía de antaño: educación técnica y académica tradicional; esta división dentro de los nuevos paradigmas se diluye cada vez más.

Una educación del siglo XXI requiere gremios que estén en sintonía con los nuevos paradigmas de la educación.