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MOOCS o la evolución de la educación

La educación ya no es cara, pesada y de difícil acceso como una enciclopedia pesada del pasado: ahora es universal, libre y gratuita gracias a los MOOCs.

Abril 7, 2015

Quizás muchos no recuerden la última vez que consultaron o que inclusive, compraron una extensa y pesada enciclopedia. Tampoco muchos tengan idea de la última vez que utilizaron un CD o DVD para obtener algún conocimiento específico, tal y cómo se realizaba hace un par de décadas con herramientas como la famosa Encarta. Y peor aún, algunos tienen más en el cajón de los recuerdos el haber seguido cursos de temáticas diferentes a ejercicios físicos a través de videos.

Los anteriores ejemplos de recursos educativos, algunos ya por completo en el pasado, son una evidencia clara de cómo las herramientas para enseñar y aprender evolucionan. Pero, aunque existan cambios diversos, la necesidad sigue latente y los potenciales estudiantes siguen ávidos de conocimiento, buscando en nuevos lugares oportunidades para seguir estudiando.

Aunque las escuelas y universidades siguen vigentes, no siempre se requieren cursos tan extensos y profundos como un pregrado o una especialización. Es por ello que se generan más alternativas que les facilitan a las personas adquirir habilidades específicas, en un período más corto de tiempo. Pero, ¿Y si el tiempo no es la única limitante? ¿Si además existen impedimentos de desplazamiento o de dinero que impidan este acceso a la información?

Gracias a Internet, estos dos inconvenientes pueden resolverse fácilmente a través de herramientas de formación gratuitas conocidas por el acrónimo MOOCs (massive open online course), que en español significa curso en línea masivo y abierto1.

La filosofía de estos cursos es promover el acceso libre y gratuito al conocimiento en línea, por medio de una formación planeada y estructurada, con poco espacio para la improvisación. Para que un MOOC sea llamado así como tal debe cumplir con varias características: tener una programación definida con un conocimiento medible y que pueda ser evaluado, debe ser masivo, estar disponible en Internet sin requerir presencia física y a la vez, facilitar todo el acceso al material correspondiente por medio de las mismas herramientas. Además, muchos de los MOOCs no restringen el número de estudiantes que toman la formación y son totalmente gratis.

El primer MOOC reportado data del año 2008. Sin embargo, a pesar de su corta edad existen algunas clases de MOOCs de acuerdo a las temáticas tratadas. Los más comunes y populares son los xMOOC basados en cursos universitarios tradicionales. Portales como Coursera, EDX o Khan Academy tienen bastantes ejemplos de esta categoría. Por otro lado, los cMOOC tienen una filosofía del aprendizaje más enfocado a la colaboración colectiva y a la participación de todos para orientar el aprendizaje. Y por último, se encuentran los MOOC centrados en las tareas, que mezclan lo mejor de ambos mundos: pedagogía universitaria con interactividad en el mundo online.

Aunque las universidades en un principio tomaron la batuta en lo que a MOOCs se refiere, otras organizaciones como Google y Facebook han empezado a involucrarse lentamente en estas oportunidades innovadoras de formación, tal y como lo demuestra el portal Udacity.

Las opciones son infinitas pero posiblemente, la mayor dificultad radica en cambiar el esquema de aprendizaje del estudiante, que necesitaba de la presión de un docente para asistir y cumplir con su deber. La autodisciplina es sin lugar a dudas, una virtud vital para poder aprovechar al máximo esta oportunidad de nuevo conocimiento.

Además de los portales ya mencionados, también puede encontrar más ofertas de cursos en los siguientes enlaces:

www.mooc-list.com
www.futurelearn.com
www.miriadax.net (En español)
eduvolucion.com (En español, con opción de cursos gratuitos y pagos)
open.iebschool.com (En español)

 

 


[1] Aunque menos común, en español se usa el acrónimo CEMA para referirse a los MOOCs.

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Escrito por
Comunicadora social y periodista
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Laura María Pineda
Gran Maestra Premio Compartir 1999
Dar alas a las palabras para que se desplieguen por la oración y vuelen a través de los textos para que los estudiantes comprendan la libertad del lenguaje.