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Sistemas educativos del mundo: Francia
Empezamos en Palabra Maestra este especial para explicar, de manera general, algunas características sobre los sistemas educativos de distintos países a nivel mundial.
Algunas estadísticas relevantes
Francia es reconocida a nivel mundial por su papel como nación en el desarrollo de la educación. Cuna de filósofos y pensadores de la educación, de la ilustración y de la revolución de Mayo de 1968, el país galo siempre ha otorgado un papel primordial a la educación. Es por ello que sus cifras en esta área son muy favorables en la esfera internacional. En las Pruebas Pisa realizadas en el 2012, los resultados de Francia se ubican dentro de la media recomendada por la OCDE: 495 en matemáticas, 493 en lectura y 508 en ciencias[1]. Sin embargo, aunque los resultados fueron favorables, presentan un leve descenso en comparación al resultado de las pruebas anteriores.
En donde más se destaca Francia es en su amplia cobertura educativa, ya que el sistema es público y gratuito desde la primaria y hasta la secundaria. De acuerdo al informe “The Global Competitiveness Report 2014–2015” realizado por el World Economic Forum, Francia ocupa el puesto 18 de 144 países en cuanto a educación básica y salud. Asimismo, la educación secundaria tiene el puesto 28 de 144[2]. Ambos indicadores evidencian la amplia cobertura y calidad que tiene el sistema educativo francés.
Etapas de la educación francesa
La educación de los franceses comienza a los 3 años, en un período inicial denominado maternelle, aunque en algunos casos podría iniciar desde el primer año. Hacia los 5 años, los niños ingresan a la escuela elemental y realizan el curso preparatorio (CP), dos años de cursos elementales (CE1 y CE2) y dos años de cursos medios (CM1 y CM2), usualmente desde los 6 hasta los 10 años de edad. En la fase siguiente, collège, los niños cursan el año 6º, 5º, 4º y 3º desde los 10 hasta los 14 años de edad. Ahí, pasarán a la etapa siguiente, donde los jóvenes pueden realizar el bachillerato general el 2º y 1er ciclo con tres énfasis posibles: ciencias, economía y ciencias sociales o literatura. También existe un bachillerato tecnológico con dos ciclos, diseñado para aquellos que deseen seguir carreras de ingeniería, por ejemplo. Existe una tercera alternativa llamado el Bachillerato profesional, con tres ciclos y una alta exigencia que le permitirá al estudiante obtener una calificación para trabajar. Otro camino posible realizar el Certificado de Aptitud Profesional (C.A.P) y la Prueba de Acceso a la Universidad para proseguir a la educación superior. Esta etapa va de los 14 a los 16 años[3].
Una vez pasados los dos ciclos mencionados anteriormente tanto en el bachillerato general como en el bachillerato tecnológico y el bachillerato profesional, los estudiantes ya de 17 años ingresan a la fase Terminale, donde deberán esforzarse por obtener una muy buena calificación para poder elegir la universidad pública de su preferencia. La competencia en esta etapa puede llegar a ser muy dura y requiere de un gran esfuerzo por parte de aquellos que cursan la etapa Terminale y quienes realizan la Prepa con un énfasis específico, que en muchos casos intentan ingresar a escuelas de ingeniería o de negocios.
Aunque la educación privada es de buen nivel, en muchas ocasiones es preferible ingresar a una escuela pública debido a la difícil competencia que implica llegar a ciertas escuelas y al prestigio que se obtiene al poder liderar una competencia entre miles de estudiantes por obtener los mejores cupos. Sin embargo, a pesar de la cantidad de los aspirantes, un alto porcentaje de los estudiantes franceses obtendrán un lugar en estas escuelas y podrán finalizar su diploma o License o BAC+2 o BAC+3, que dura tres años. Esta etapa se realiza generalmente desde los 19 hasta los 21 años, en los que los estudiantes por lo general realizan una, dos o más prácticas profesionales durante el curso de los estudios. Cabe anotar que estas prácticas no necesariamente son obligatorias en todos los diplomas, pero es una opción muy apetecida para irse familiarizando con el ambiente laboral. Una vez finalizado el diploma, los jóvenes pueden dedicarse a trabajar en alguna empresa o inmediatamente realizar un máster que tiene dos ciclos, con una duración de un año cada uno. De ahí en adelante el estudiante puede empezar su vida laboral y, de inmediato o más adelante, iniciar una formación doctoral que le será necesaria si quiere iniciar una carrera pedagógica dentro del país. La capacidad adquisitiva de los franceses y su buen nivel de vida les facilita realizar intercambios internacionales en el su diploma, master y doctorado, que no necesariamente son obligatorios aunque sí muy recomendables, lo que en consecuencia les ayuda en el aprendizaje de idiomas y en el intercambio cultural.
En todas las etapas, los estudiantes son calificados con notas que van del 1 al 20, siendo el 20 la nota de mayor calificación y la más difícil de obtener. Una nota de 16 recibe una mención de excelencia, una nota de 14 es una mención que indica un muy buen desempeño y una nota de 12 es considerada arriba del promedio. Es posible reprobar el año con una nota inferior a 10, según el estándar general.
Existe un porcentaje muy alto de escuelas públicas que superan en número a las universidades privadas, aunque en ambos casos, la calidad suele muy buena en la mayoría de las instituciones. Las educaciones de institución superior oficiales no tienen mucha autonomía y el gobierno participa activamente en su seguimiento, control y diseño de políticas[4]. Esto, en parte, garantiza un sistema de muy buena reputación a nivel de Europa y el mundo.
*Agradecimientos a Juliana Vidal por la información para realizar este artículo
[1] Fuente de la información: www.oecd.org
[2] Fuente de la información: www3.weforum.org
[3] Fuente de la información: www.france.fr
[4] Fuente de la información, p. 13: eacea.ec.europa.eu
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