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Actitudes en pro de la fluidez tecnológica

La fluidez tecnológica busca que los ciudadanos no solo usen la tecnología, sino que estén empoderados y tengan una actitud crítica hacia muchas de sus herramientas.

Diciembre 30, 2015

La fluidez tecnológica es parte esencial de las Competencias del Siglo XXI que deben tener los ciudadanos para poder ser exitosos en ambientes modernos. Dicha fluidez va más allá del dominio del uso de un computador, móvil o tableta, puesto que entender las funciones básicas no garantiza en sí el aprovechamiento del recurso tecnológico. Lo anterior tiene como propósito que el ciudadano moderno esté totalmente insertado en la sociedad como un ser de aprendizaje.

En el marco de las competencias del siglo XXI, la tecnología es vista como una aliada y un elemento esencial del aprendizaje. No es de sorprendernos entonces que dicha capacidad deba ser construida en el aula, desde temprana edad.

Al momento de hablar de fluidez tecnológica, existen tres actitudes que son vitales para poder alcanzarla. A continuación, se describirán de qué se tratan estas actitudes, vistas como una especie de paso lógico hacia el logro de la fluidez tecnológica [1]:

Actitud abierta y crítica ante la Sociedad de la Información y las TIC

La tecnología es un aliado, pero dicha herramienta debe ser usada de una manera prudencial y crítica. No se trata de embelesarse perdidamente ante el último gadget o aparato, ni tampoco de aceptar cualquier información que se reciba. Las competencias del siglo XXI incluyen ciudadanos que tengan una actitud reflexiva ante todo lo que provenga de la sociedad de la información. Estos ciudadanos, tienen la experiencia y han desarrollado una cualidad que les permite aceptar rápidamente el cambio y la inclusión de nuevas plataformas, pero que además los hace cuestionar y analizar las ventajas y desventajas para poder sacar provecho de los cambios que existan.

En el marco de las competencias del siglo XXI, la tecnología es vista como una aliada y un elemento esencial del aprendizaje. No es de sorprendernos entonces que dicha capacidad deba ser construida en el aula, desde temprana edad. 

Predisposición hacia el aprendizaje continuo y la actualización permanente

El mundo moderno, especialmente en el campo de la tecnología, tiene cambios continuos, por lo que actualizarse es un deber. El ciudadano del siglo XXI ha desarrollado una actitud de curiosidad e interés con el fin de adquirir más conocimiento con respecto a las distintas herramientas TIC que existen. La actitud de devorar conocimiento, de siempre querer saber más y más, es un componente esencial del ciudadano del futuro que debe construirse y solidificarse desde el aula, donde el estudiante tenga una percepción aterrizada de su propio conocimiento y sea consciente como distintos paradigmas cambian conforme pasa el tiempo.

Actuación con prudencia en el uso de las TIC

Aunque las TIC ofrecen muchas ventajas, es necesario tomar medidas relacionadas con la prudencia de su uso. Primero, no caer en un uso desmedido: horas y horas de internet deben ser compensadas con otras actividades. Segundo, tener en cuenta que existen en el mundo virtual personas inescrupulosas y deshonestas. Por ello, conviene tener cuidado a la hora de compartir información personal y datos que podrían exponer al estudiante a peligros innecesarios. Por último, ser conscientes que una acción virtual tiene un efecto en el mundo real. Por ejemplo, un comentario ofensivo y grosero, podría herir a la persona detrás de la pantalla. Por eso, la prudencia es un valor esencial a la hora de lograr la fluidez tecnológica.

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Comunicadora social y periodista
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Irma María Arévalo González
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