“Mañana lo hago”, una frase que sobreabunda en la mente de los estudiantes y académicos. Es fuerte decirlo, pero el peor enemigo de la educación está en nosotros mismos.
Diseñando artefactos para resolver problemas de la vida cotidiana los estudiantes desarrollan su creatividad, su pensamiento tecnológico y aprenden el valor del trabajo en equipo.