Durante mucho tiempo, la buena enseñanza ha sido vista como una habilidad innata. Pero los reformistas están demostrando que los maestros no nacen sino que se hacen.
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.