Estos círculos sagrados se han convertido en una terapia alternativa que los estudiantes del colegio Carlos Arango Vélez implementan para comprimir la agresividad y sanar sus corazones.
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.
Gracias a esta herramienta se simplifica y acelera la experiencia de aprendizaje, potenciando el uso de las nuevas tecnologías al servicio de la educación.