Esta discusión pone en evidencia la necesidad de modificar en su totalidad la Ley General de Educación de 1994, en la que se establecen las directrices para los currículos, planes de estudio, contenidos y asignaturas obligatorias.
Cuando era niña, Alina Cor solía relacionar la política y el dinero con algo sucio, porque cuando hablaba de esos temas en la mesa sus padres le decían: “No hables de eso que estamos comiendo”.