Los posibles usos de la inteligencia artificial (IA) se van abriendo camino y surgen nuevos ámbitos de aplicación. El mundo del deporte no se queda atrás.
El poder que han ganado los programadores e ingenieros debe dar paso o espacio a una nueva generación de profesionales adaptados y capaces de liderar procesos de innovación desde las ciencias sociales.
Debemos avanzar en la superación de los retos formativos generados desde el humanismo digital y el auge de los Millenians, donde lo disciplinar y el aprendizaje de técnicas resultan claves.
El rol que tenemos los científicos sociales en torno al BIG DATA pareciera difuminarse en un mar de lenguajes de programación que difícilmente nos enseñan en pregrado o licenciatura, las cuales dependen del interés individual al momento de intentar conocer y aplicar, en algún nivel, este tipo de conocimiento.
Las formas en que la sociedad produce, distribuye y consume bienes y servicios están cambiando en forma vertiginosa. La manera en que se educan niños y jóvenes debe ajustarse a los cambios.
Centros comunitarios, bibliotecas e incluso algunas instituciones educativas formales se han transformado en espacios para aprender y crear colectivamente.