Como adultos podemos hacer un trabajo mucho mejor al enseñarles a los niños que ciertos tipos de comportamientos nunca son aceptables: no hay nadie a quien culpar, sino a los mismos agresores.
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.
El bullying afecta a estudiantes de todas las edades, en todos los países y regiones del mundo, pero ningún niño debería tener miedo de ir al colegio por culpa de esta situación.
Defender la educación para la sexualidad es un ejercicio ético y político, pues las creencias culturales están enraizadas más allá de lo científico, apelan a lo identitario y lo metafísico.