Es casi contradictorio que, hoy por hoy, cuando todos al unísono hablamos de la educación como base del desarrollo económico y social se sigan manteniendo estereotipos de género que condenan a la educación a la mediocridad y a la desigualdad.
La democracia, aunque parece una noción alejada de la educación, debe impartirse desde temprana edad en los colegios al ser estos un escenario ideal de aprendizaje sobre cultura ciudadana.