Son tiempos de pandemia, crisis, incertidumbre y cotidianidades alteradas. Millones de niños, niñas y adolescentes desescolarizados se unen en sus casas a los cientos de miles de niños, niñas y adolescentes con discapacidad que nunca han pisado una escuela o, que habiéndolo intentado, terminaron excluidos y segregados.