Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.
El punto al que hemos llegado en el entendimiento de dos enemigos históricos debe ser suficiente para que la guerra nunca vuelva a ser una opción. Por: Editorial Fuente: El Espectador (Colombia)
Vivimos en una sociedad corroída por el temor, una en la que invertir en la guerra es mejor negocio que poner unos pesos en la alcancía con la etiqueta “educación”.