La meta: explorar la relación entre la inteligencia emocional de los estudiantes de segundo grado de una Institución Educativa Distrital y la convivencia en la escuela.
Desarrollé una fórmula química que permitió a los alumnos combinar los elementos claves para fundir la ciencia con su vida cotidiana sin confundir los enlaces para su futuro.
Nos estamos preocupando mucho en incidir en la generación de profesionales técnicamente profesionales, pero emocionalmente analfabetos, carentes, muchas veces, de valores como la empatía y el compromiso que deben asumir en el ejercicio laboral.
Con narices rojas y vestidos de alegría, esta docente y su grupo de estudiantes llevan felicidad a niños de fundaciones y hospitales en la localidad de Kennedy, Bogotá.