A veces el papel, los extensos talleres y la monótona escritura de las clases tradicionales nos llevan a morir intelectualmente. Pero hay alternativas: el C.I.T.
Ser profesor es un trabajo que demanda poner el cuerpo, la mente y el corazón en eso que se hace.
Daliyah Marie Arana, es una pequeña oriunda de Gainesville, Georgia que leyó su primer cuento a los dos años.