La bioética no debe entenderse como algo paralelo a la formación académica y científica, sino como el espíritu y los valores que animen a la institución académica y a sus educadores.
Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.
“…Considero que un buen colegio tiene que ver con otras cosas, que no solo lo vinculan con los resultados; el buen colegio no existe, pues como institución es solo una abstracción…”