Una reunión del Banco Interamericano de Desarrollo fue el marco ideal para que expertos coincidieran en que se deben aprovechar las nuevas tecnologías en la formación.
La felicidad artificial de las redes sociales genera ideas equivocadas en los adolescentes que conducen a comparaciones negativas y percepciones distorsionadas de la realidad.
Diseñando artefactos para resolver problemas de la vida cotidiana los estudiantes desarrollan su creatividad, su pensamiento tecnológico y aprenden el valor del trabajo en equipo.