Llegarles a los y las jóvenes no es fácil. Ustedes, profesores y rectores lo saben muy bien. Sin importar cuánto y cómo se esfuerce el docente, muchas veces choca con un muro de indiferencia.
Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.