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2. Contexto

Conozca, de primera mano, la historia, los datos generales y un repaso por el camino que ha andado la Institución Educativa Normal Superior Montes de María. 

Julio 10, 2017

Tabla de contenido

  1. Formación para la paz en y desde la escuela mediante el Comité de Resolución de Conflictos Escolares (Perfil y Trayectoria del docente Hermer Manuel Guardo Serrano)
  2. Contexto
  3. Aprendizajes de los estudiantes
  4. Propuesta didáctica
  5. Profundización
  6. La voz del profesor y otras voces
  7. Impacto de la presentación en el Premio Compartir
  8. La práctica del docente hoy

Historia

San Juan Nepomuceno fue fundado el 10 de agosto de 1776, durante la época de la Colonia, por Antonio de la Torre y Miranda. Las primeras familias que habitaron este municipio eran provenientes de Corozal (antes Pileta) y San Benito de Abad. No obstante, en un tiempo más remoto (el Paleóindio Arcaico) fue habitado por grupos indígenas pertenecientes a la cultura Malibues, quienes dejaron como herencia el uso del bejuco Malibú para la construcción de casas y corrales. La región se constituyó inicialmente como un centro de mercado regional (Alcaldía San Juan Nepomuceno, 2012).

 

Datos generales

San Juan Nepomuceno es un municipio de Colombia, ubicado en el centro del departamento de Bolívar. Se caracteriza por un clima cálido, con temperatura media anual de 27,7ºC, con pocas variaciones climáticas en el año (Alcaldía San Juan Nepomuceno, 2012). La población que habita este municipio vive en estratos socioeconómicos entre 1 y 3 (“Datos de interés”, s.f). Está conformado por el sector urbano (cuya malla vial se compone por una vía de acceso principal, 20 calles, 28 carreras y 17 diagonales) y el sector rural constituido  por seis corregimientos (San Cayetano, San Pedro Consolado, San Agustín, San José del Peñon, Corralito y la Haya), los cuales, a su vez, poseen una serie de veredas. La carretera principal es una vía de comunicación con ciudades como Barranquilla, Cartagena y Sincelejo (Alcaldía San Juan Nepomuceno, 2012). 

Las principales vías de comunicación son terrestres y fluviales, pues no cuenta con medios aéreos. Para el desplazamiento terrestre el municipio cuenta con 2 rutas de buses intermunicipales, que se desplazan diariamente a las ciudades de Cartagena y Barranquilla. Por el medio fluvial, al estar cerca al río Magdalena, se comunica con el puerto del municipio de Zambrano. El servicio de transporte urbano es prestado por un microbús que cubre el recorrido total del municipio y, además, por 40 taxis de servicio particular.

El transporte rural es prestado por vehículos particulares (camionetas o Jeep), los cuales no se encuentran afiliados a cooperativas ni a entidades del Estado, por lo que no cuentan con una reglamentación clara sobre su uso como transporte público

La economía de este municipio depende, principalmente, de la ganadería y la agricultura. En cuanto a la primera, la producción se centra en el ganado bovino en pequeñas cantidades (razas como Holstein, Pardo Suizo, Cebú y Brahaman son la de mayor flujo en la región). Respecto al área agrícola, la mayor producción se centra en el comercio de yuca, ñame, maíz y plátano. Por último, en torno a la minería, esta acción es limitada y se restringe al uso de materiales de construcción, como el cemento y algunos sedimentos (Alcaldía San Juan Nepomuceno, 2012).

 

El municipio cuenta con 41 instituciones de educación media, de las cuales 33 son de carácter oficial. La zona rural cuenta con 34 de estas instituciones, ubicadas en veredas (10), corregimientos (7) y otras áreas (10)

 

Institución Educativa Normal Superior Montes de María

La Institución Educativa Normal Superior Montes de María, lugar en el que se desarrolla la propuesta, es una Institución de carácter oficial formadora de docentes. Se encuentra ubicada en el municipio de San Juan Nepomuceno, departamento de Bolívar, subregión de Montes de María. Esta zona se ha visto afectada por el conflicto armado, lo que ha generado una cultura del silencio, de la desesperanza y del miedo. La Institución ha estado marcada por una lucha incesante por el reconocimiento, el respeto y la promoción de los Derechos Humanos. Considerando estos últimos como pilares de una sociedad que mira su historia como memoria y herramienta para encontrar identidad, evita la repetición de los errores del pasado y encontrar medios alternativos para el abordaje de sus conflictos. 

La Institución fue fundada el 1 de abril de 1960 por un grupo de líderes San Juaneros, quienes, un año antes, habían gestionado ante la asamblea departamental de Bolívar una ordenanza para darle validez legal a una institución formadora de docentes, respondiendo a la necesidad de la región por una educación de calidad fundamentada en principios pedagógicos. En esta época se experimentó una trasformación basada en los ideales de la Educación Universal y de la Escuela Nueva.

Entre 1960 y 1970 se vivieron épocas de incertidumbre en la Normal, pues hubo ocho rectores: Simón Almanza Julio (primer rector y fundador), Santiago Caballero Paternina, Guillermo Truco García, Juan Caffroni Barrozo, Sacerdote Javier Cirujano Arjona, Dr. José Juaquin Puello y Alcides Pereira Carrasquilla. A pesar de la inestabilidad en la administración de la Institución, se logró organizar una biblioteca y una banda de guerra (hoy de paz) que fue la atracción y el deleite para la comunidad por la forma en que el grupo de jóvenes músicos que la conformaban, liderados por Gabriel Serrano, tocaban los instrumentos.

En los primeros años la Institución fue de carácter masculino, bajo el nombre de Escuela Normal Superior de Varones Diógenes Arrieta. En 1964 se fundó, en San Juan Nepomuceno, la Normal de Señoritas Mercedes Helena Rodríguez de Pareja. Su existencia fue efímera, ya que para 1968 se disolvió y, por lo tanto, las estudiantes se integraron a la Normal Diógenes Arrieta. A partir de ese momento dicha Institución es de carácter mixto.

El primer nombre que recibió la Normal (Diógenes Arrieta) tiene un trasfondo basado en los principios de la dignidad humana. Los dirigentes San Juaneros sugirieron el nombre pues comprendían la incidencia que tendría este personaje local en el siglo XIX: Diógenes Arrieta que representa el pensamiento liberal y humanista propio de la ilustración francesa y el liberalismo económico inglés, pilar de lo que fue la declaración universal de los Derechos Humanos.

Entre la década de 1960 y 1970 la lucha continuó, pues el cargo de rector fue asumido por cinco personas en este lapso de tiempo: Francisco Navarro Miranda, Gonzalo Cortez Navarro, Hugo Lora Díaz, Julia Roca Núñez y Manuel Joaquín Contreras. La profesión de maestro no tenía la afluencia ni la importancia que tuvo en la década pasada, por lo que las familias se interesaron más por la formación de bachilleres académicos. Como consecuencia, la comunidad buscó implantar esta modalidad en la Institución, lo cual se logró a partir de la Concentración de Educación Media (CEM) Normal Diógenes Arrieta, en febrero de 1970. De esta forma, se creó una nueva Institución y surgió la sigla CEM, la cual se mantuvo por muchos años y actualmente es la Institución Educativa Diógenes Arrieta, razón por la cual esta puede considerarse como hermana de la Normal Montes de María.

Los cambios que se realizaron tuvieron efectos secundarios en el carácter Normal de la Institución. Con el paso del tiempo lo que se evidenció fue un aumento inusitado de estudiantes que querían ingresar al bachillerato académico y muy pocos al pedagógico. Esto fue registrado por el profesor Roberto Arriera Barrios, en su libro Cinco décadas de la Institución Educativa Normal Superior Montes de María.

A esta situación crítica se le sumó la visita de supervisión del Ministerio de Educación Nacional, el cual sugirió el cierre de la modalidad pedagógica y que solo se mantuviera el bachillerato académico, perdiendo, así, la esencia de la primera Institución formadora de docentes y garante del derecho de una educación de calidad. La comunidad educativa, consciente de este desenlace, activó estrategias y gestionó algunos mecanismos ante los organismos de poder y ante algunos senadores de la región con el fin de evitar el cierre de esta modalidad.

A finales de 1979, para superar la crisis de las modalidades, se cambió el nombre de la Institución y se separó (tanto legal como físicamente) mediante un decreto en el que se creó la Escuela Diógenes Arrieta. De esta forma, esta Institución se encargó de la modalidad de bachillerato académico y la Institución Educativa Normal Superior Montes de María de la modalidad de bachillerato pedagógico.

Entre 1980 y 1993 se experimentó un periodo de estabilidad y solo hubo un rector a cargo. Los docentes que se trasladaron a la nueva planta física (es decir, a la Institución Normalista) reconocieron la importancia de mantener la Normal. Sin embargo, debido al poco reconocimiento e importancia de la docencia en la región, se vieron enfrentados a una ardua labor: tuvieron que visitar cada casa de la región para convencer a la familias de la importancia que tendría para sus hijos estar matricularlos en una escuela que les podía ofrecer una educación de calidad, fundamentada en la pedagogía y en el derecho a la educación.

A esta época pertenecen la mayoría de los docentes que trabajan actualmente en la Normal y en la región. En esta década la Normal estuvo en búsqueda de su identidad y no se presentaron situaciones de crisis. Incluso, la formación de grupos de teatro en el marco de festivales y algunos logros deportivos en voleibol femenino son hechos a destacar, dado que son evidencia de la calma y la prosperidad del momento.

En 1993 el licenciado Atilio Vásquez asumió el cargo de rector de la Institución, asumiendo una gran responsabilidad, pues en ese momento el Ministerio de Educación Nacional decretó el proceso de profesionalización de docentes y las Normales fueron autorizadas para ejecutarlo. Debido a esto, muchos docentes bachilleres en ejercicio de la región encontraron en la Normal la oportunidad para profesionalizarse. No obstante, el mayor reto fue el proceso de reestructuración exigido a las Normales de Colombia. La reforma, instaurada mediante el decreto 3012 de 1997, consistió en que la formación docente estaría centrada en un ciclo complementario, por lo que había que definir una propuesta curricular pertinente, vincular el componente de investigación formativa a la práctica y capacitar al cuerpo docente. En este orden de ideas, las Normales fueron consideradas instituciones de educación superior.

En pleno proceso de reestructuración se presentó la época más crítica y trágica para la Institución, pues el orden público de la región se alteraba cada vez más a causa de la presencia de grupos al margen de la ley, que venían en aumento. El 27 de julio de 1997 uno de los miembros de la Institución sufrió una vulneración a sus derechos a la vida y a la libertad: el rector Atilio Vásquez desapareció. Este hecho generó desconcierto y temor en la comunidad y en muchos docentes, quienes, posteriormente, salieron de la escuela debido a amenazas de las que eran víctimas. Ante esta situación crítica el profesor Roberto Arrieta Barrios asumió el cargo de rector encargado hasta al año siguiente, fecha en la que fue reemplazado por la profesora Pura Álvarez de Bustillo, quien retomó el camino abierto por Atilio Vázquez para la reestructuración de la Normal.

En 1999 la Normal, a pesar de estos difíciles momentos, recibió la acreditación mediante el decreto 3482 de 2000. A partir de ese momento pasó a llamarse Institución Educativa Normal Superior Montes de María, cuyo primer grupo del ciclo complementario inició al año siguiente. Luego de estas complejas situaciones, la Institución experimentó una época de bonanza: aumentó el número de estudiantes y llegaron nuevos docentes, producto de trasladados y reubicaciones de otras instituciones. Adicionalmente, se inició una revisión de los programas curriculares, de la organización de las áreas por núcleos y de las capacitaciones sobre modalidades en educación rural, convocadas por el Ministerio de Educación Nacional.

En este mismo año, a raíz de la reestructuración de las escuelas normales, se creó la asignatura de Antropología en el ciclo de formación complementaria. Esta se vinculó en una propuesta llamada la vida afectiva en una sociedad en conflicto, la cual, como eje temático, incluía la psicología, la antropología y la sociología. El propósito era que los profesores que estuvieran al frente de dichas materias trabajaran de manera coordinada y, además, entraran al salón de clase de manera simultánea para abordar problemáticas desde el punto de vista de cada ciencia. Sin embargo, este nunca se llevó a cabo en la práctica.

El siglo XXI se vislumbraba como el nuevo milenio, el cual daría el fortalecimiento y la consolidación del proceso de restructuración. Sin embargo, de nuevo, la Normal se vio inmersa en los golpes de la violencia por parte los grupos armados al margen de la ley: la rectora Pura Álvarez desapareció el 7 de Abril de 2001.

En el 2002 se graduó la primera promoción de Normalistas Superiores, con énfasis en humanidades e inglés. Este grupo de estudiantes, con los que se inició el proceso de reestructuración, fue el primero en organizar el Encuentro Juvenil de Ética y Filosofía Política. Fue un período de grandes logros. La profesora Rossma Morales, consciente del compromiso que conllevaba la acreditación de calidad, inició con los docentes un plan de rediseño curricular con la participación de todos los núcleos, incentivando el trabajo por proyectos de aula e investigación. Esto, como consecuencia, generó que la mayoría de los docentes entraran en la lógica de revisar su práctica pedagógica, utilizando diarios pedagógicos y de campo.

En el año 2003 la Normal fue acreditada en calidad y desarrollo por cinco años. Este fue el premio a la perseverancia, la resiliencia y el trabajo en equipo que siempre ha caracterizado a la Normal. Pero los logros no pararon, gracias a las iniciativas de capacitación y formación permanente, dos docentes de la Normal (formados en educación para la paz, en Alemania, mediante la agencia alemana inWEnt) fueron galardonados como Maestros Ilustres por el Premio Compartir en el 2004 y en el 2005, con proyectos relacionados con la mediación escolar y la memoria histórica. Se trata de los docentes Hermer Guardo y Edgardo Romero, respectivamente.

Las satisfacciones siguieron con estudiantes y docentes de la Institución, quienes se mantenían en las pruebas ICFES en los niveles alto y superior. Además, se obtuvieron triunfos en festivales de literatura municipal y departamental y, a su vez, en foros educativos nacionales (con proyectos de matemática, proyectos medioambientales a través de Colciencias -programa ONDAS-, cultura Afro, uso pedagógico de las TIC, entre otros).

En el año 2010, la Normal recibió la visita de verificación de calidad, en la cual fue valorada como sobresaliente por parte de la comisión de evaluación. Para este logro fue de gran ayuda la proyección de la Institución hacia la comunidad, con la propuesta de una cultura de paz.

En el año 2014, la profesora Dilia Mejía Rodríguez fue galardonada por el Premio Compartir como Maestra Ilustre con el proyecto La didáctica viva y la educación para la paz como estrategia para la enseñanza de las ciencias sociales. Actualmente, se espera la entrega del mega-colegio de manos del alcalde municipal José Gustavo Castillo y del Gobernador Juan Carlos Gossain. Esto, con el propósito de asumir un nuevo reto, la jornada única, y seguir mejorando la calidad educativa en la subregión de los Montes de María.

 

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Hoguer Alfredo Cruz Bueno
Gran Maestro Premio Compartir 2009
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.