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Isabel Ríos, directora del Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Preescolar de Cuba

Cuando nosotros hablamos de educación preescolar nos referimos a toda la atención al niño desde antes de su nacimiento hasta aproximadamente los seis o siete años. 

Enero 5, 2011

Cuba a la vanguardia en primera infancia
Educa a Tu Hijo, un programa ejemplo para Colombia

En Colombia ha comenzado a implementarse un programa dirigido a la niñez y las familias de zonas marginadas, particularmente de Chocó, Antioquia, Boyacá La Guajira y Bogotá, cuya base es el programa cubano Educa a Tu Hijo. Isabel Ríos, directora del Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Preescolar de Cuba estuvo en Bogotá y Palabra Maestra aprovechó para preguntarle por la forma como fue diseñado y cómo opera en esa nación.

 

Palabra Maestra. Para empezar ¿podría ofrecernos un panorama de la educación preescolar en Cuba?

Isabel Ríos. Primero tengo que hacer una aclaración, cuando nosotros hablamos de educación preescolar nos referimos a toda la atención al niño desde antes de su nacimiento hasta aproximadamente los seis o siete años. El término preescolar en su acepción inicial significa “anterior a la escuela”, y no es ese el modo en que nosotros lo enfocamos. Los seis primeros años de la vida, y de manera más específica los tres primeros, son esenciales para toda la vida del individuo. Esa falsa concepción ha provocado que muchos países, gobiernos y Estados se dediquen a invertir en programas para niños de cuatro a seis años, pero pierden los años anteriores que dentro de toda la etapa son aún más definitivos.

 

P. M. ¿Cómo maneja Cuba el asunto?

I. R. Para empezar, debo decir que Cuba ha tenido transformaciones en su legislación y ahora la mujer cubana tiene derecho a licencia remunerada de siete semanas antes del parto y un año posterior a este, que en el segundo semestre puede decidir si es la madre o el padre quien goza de esa licencia, porque eso beneficia que madre e hijo estén juntos, para asegurar la lactancia materna y porque en el primer año del bebé su salud es más frágil.

 

P. M. ¿Y de allí en adelante?

Cuba utiliza un sistema de atención a la infancia con dos programas diferentes: uno institucional y otro no institucional. El institucional funciona con dos componentes: el primero son los llamados círculos infantiles que cuentan con niños de uno hasta seis años; estas instituciones tienen, por lo general, personal profesional. Debo aclarar que el nivel más bajo de una educadora es formación media, pero la mayor parte tiene educación superior, incluso en estos momentos un alto porcentaje se encuentra cursando maestría.

El otro componente institucional corresponde a lo que antes aquí en Colombia llamaban grado cero. Ese grado cero en Cuba puede funcionar lo mismo en un círculo infantil que en una escuela primaria, o sea que el niño puede hacer su grado cero en el círculo infantil, pero si no estaba en él, entra en el grado cero en la escuela primaria que nosotros llamamos preescolar.

Existe otro componente que pertenece a otro programa, el Educa a Tu Hijo, que funciona en condiciones familiares y comunitarias. O sea es un programa no institucional.

 

P. M. ¿El auge que ha tenido el programa Educa a Tu Hijo, ha significado que menos niños asistan a los círculos infantiles?

I. R. No, siempre han asistido menos niños a las instituciones. Cuba es un país bloqueado, que tiene dificultades económicas y las instituciones infantiles son muy costosas. Cuba no tiene condiciones económicas para atender a toda la población infantil en las instituciones. Desde 1961, cuando fueron creados los primeros círculos infantiles, se decidió que fueran fundamentalmente para los hijos de madres trabajadoras porque eso garantizaba la incorporación de la mujer al trabajo con la seguridad de que sus hijos iban a estar cuidados y educados correctamente.

Independientemente de eso nosotros tenemos un porcentaje alto de incorporación de la mujer al trabajo, y no cubrimos todas las necesidades. ¿Qué decisión ha tomado el país? Hacer los otorgamientos de las matrículas a mujeres que trabajan en sectores priorizados, a casos sociales, etc. En los círculos infantiles está apenas el 17% de la población infantil. Desde 17% hasta 30% se completa con los grados escolares y el 70% está atendido por el programa Educa a Tu Hijo. Cuando tu unes todos esos por cientos puedes decir que Cuba tiene una atención a la infancia de 99,5%, lo cual nos sitúa, y eso se puede decir sin falsa modestia, al nivel de países del primer mundo.

 

P. M. ¿Cómo lograr cobertura con calidad? Empecemos por ejemplo con la formación de los maestros de preescolar en Cuba, ¿cómo es?

I. R. Cuando Educa a Tu Hijo comenzó su aplicación generalizada en el año 92, tenía entre diez y once años de investigación, porque comenzó a investigarse en 1981. Ahora, nosotros tenemos una formación media y una formación superior. Hacemos la captación desde los centros de enseñanza media. Ahí comenzamos una formación que tiene una particularidad y es que las universidades pedagógicas están vinculadas a ella, por tanto los profesores de la universidad también trabajan en la formación media y contribuyen a la superación del personal que trabaja allí. Y está la licenciatura, una de las carreras más nuevas que existe en Cuba. Tiene énfasis generales para todas las carreras.

 

P. M. ¿Cuáles son esos énfasis generales?

I. R. La formación es académica, laboral e investigativa. Consideramos que no hay una formación de calidad si tú das solamente teoría, conocimientos, y no desarrollas habilidades para el ejercicio. Entonces combina estos tres componentes desde primer año, solo que cambiando los por cientos de énfasis, En los primeros años fundamentalmente lo laboral es de familiarización, y poco a poco en esa formación va aumentando el peso de lo laboral en el sentido de que ellas van siendo más activas en ese proceso.

 

P. M. ¿El componente investigativo cómo entra en ese proceso de formación?

I. R. Nuestro interés no es formar investigadoras, nuestra premisa es que tú mejoras y transformas el ejercicio de tu profesión en la medida en que incorporas todo el método científico en la solución de problemas cotidianos. Así entonces se empieza con asignaturas de metodología de la investigación y las estudiantes van realizando cada año ejercicios que van elevando su nivel de complejidad hasta terminar con una tesis, resultado de una investigación. Incluso se investiga no en lo que tú deseas sino en problemas detectados, porque en muchos lugares se encuentra con que hay un desarrollo científico y teórico grandísimo que no corresponde en la práctica con la solución de los problemas y es que los investigadores se enfocan en lo que les gusta y no en lo que debería tener prioridad.

 

P. M. ¿Cómo es la formación de los maestros en ejercicio?

I. R. Hace unos tres años se tomó la decisión de que se realizara una maestría en educación para los maestros en general de todos los niveles, entonces con el uso de las nuevas tecnologías, los especialistas de mayor calificación hicimos filmaciones. Eso acompañado de materiales impresos sirvió también para multiplicar, y siendo utilizado por másteres que ya existían en cada una de las provincias, se ha diseñado una maestría a escala nacional, que permite no solo la renovación sino la elevación de la calidad de la preparación de los educadores.

 

P. M. ¿Hay alguna estrategia particular para que los maestros intercambien experiencias y hagan círculos para compartir lo que hacen?

I. R. Eso siempre ha existido en Cuba. Hay un sistema de trabajo metodológico en los centros, en los colectivos, etc., y un proceso de detección de necesidades y de socialización de esas necesidades e incluso de sus soluciones en el propio horario de trabajo.

 

P. M. ¿Con qué intensidad?

I. R. Aproximadamente 10% de su horario laboral. Por ejemplo, en el caso de los círculos infantiles se utiliza el tiempo en el que los niños duermen, pero además hay colectivos de todo el grupo de educadoras del mismo salón, hay colectivos de ciclo, por ejemplo las educadoras que trabajan con los niños de dos a tres años, las que trabajan con los de tres a cuatro, porque al final se puede constituir como un ciclo y así se van transmitiendo información. En el caso del programa Educa a Tu Hijo igual, solo que se sesiona en espacios diferentes.

 

P. M. ¿Cómo describir a grandes rasgos el programa Educa a Tu Hijo?

I. R. El programa surgió como respuesta a un problema que teníamos en Cuba. Se detectó que los niños de zonas rurales y de montaña que vivían en condiciones dispersas no tenían éxito en los primeros años de la escuela primaria y se empezó a indagar cuáles eran los factores asociados a ese problema. La investigación dio como resultado que el niño llegaba a la primaria sin haber sido suficientemente estimulado en la etapa anterior. Entonces se exploró de qué manera atender a quienes viven dispersos en condiciones rurales. Descubrimos que hay como tres modelos diferentes de atención no institucional a la infancia; comenzamos a trabajar únicamente con las familias, solo que había parte de ellas que venía a las sesiones con los niños y en el trabajo que se desarrollaba, comenzaron a declarar que en algunas ocasiones se les olvidaba o no tenían precisión de lo que había sido orientado en sesiones anteriores y el propio niño les rectificaba. Así se descubrió la potencialidad que tiene trabajar de manera no institucional vinculando niños y familia. Esa es la modalidad que Cuba utiliza. Educa a Tu Hijo es un programa social de atención integral a la infancia, porque tiene como su fin último la estimulación y el desarrollo integral máximo posible de los niños, pero lo hace a partir de la familia que está insertada en una comunidad, por eso decimos también que es un programa familiar y comunitario.

 

P. M. ¿Cuál es la metodología de trabajo?

I. R. En una sesión, digo de trabajo directo porque ello tiene su planificación, su organización, etc., se determina un lugar de la comunidad donde puedan reunirse algunas familias. Hay un primer momento en el cual, en un área de juego, los niños, con material elaborado por la propia comunidad, y otros aportes que hagan instituciones y organizaciones, llegan, socializan y juegan con otros y una persona se queda al frente de ese momento mientras un orientador se reúne con las familias para preguntar qué han hecho en la casa desde la última actividad.

 

P. M. ¿Qué intervalo hay entre una y otra actividad?

I. R. Generalmente se hacen dos semanales. Esas familias cuentan desde la actividad anterior, lo que aprendieron, cómo lo hicieron en la casa, cómo reaccionó el niño, qué variantes utilizaron en sus condiciones. Se socializa un poco, intercambian aprendizajes de lo realizado, y se hace también una orientación de la actividad que van a realizar conjuntamente ese día.

El segundo momento es fundamentalmente práctico, siempre se parte de la experiencia de las familias y se van dando orientaciones en todas las esferas del desarrollo y entonces una vez que la familia comprendió lo que hay que hacer se unen niños y familias y cada familia con su niño empieza a mostrar cómo ella es capaz de hacer la ejercitación.

P. M. ¿Qué tan grandes son los grupos?

I. R. No deben ser más de 15 familias. A partir de ahí el orientador, que nosotros llamamos ejecutor, va haciendo correcciones, va sugiriendo. Cuando se acaba este momento se ejecutan todas las actividades que tienen de desarrollo físico, de desarrollo del lenguaje, de orientaciones para el cuidado de la salud, etc. entonces los niños vuelven a jugar y hay un tercer momento donde las familias dicen a la ejecutora qué les costó más trabajo, dónde necesitan ayuda y reciben orientaciones de cómo continuar realizando eso en todos los momentos en el hogar.

 

P. M. ¿Cómo manejan las diferencias de edades y cómo eso se va haciendo progresivo?

I. R. En los primeros años o sea de cero a uno y de uno a dos generalmente se hace en actividades individuales aunque ahora ya para niñitos de uno a dos años se hacen en grupos más pequeños de cuatro a cinco familias y está dando resultados.

 

P. M. Entonces una mamá que tiene un chiquito de un año y uno de cuatro, tiene que asistir a dos reuniones distintas.

I. R. Sí, aunque también hay grupos múltiples, por ejemplo se trabaja con niños de tres a cuatro, de cuatro a cinco y de cinco a seis, solo que las actividades que se orientan son en dependencia de la edad y de su nivel de desarrollo.

 

P. M. ¿Hay un currículo que va mostrando por dónde debe ir avanzando la familia y los niños?

I. R. Nosotros no estamos poniendo un currículo para unos y un currículo para otros. El currículo es el mismo con el mismo fin: desarrollar al máximo las potencialidades de cada niño, solo que el modo de lograrlo es diferente. Entonces ese currículo que en la vía institucional lo trabaja una educadora, en la vía no institucional la familia va recibiendo orientaciones sistemáticas y lo va ejecutando en las condiciones del hogar, pero sobre todo hay un principio que es para ambas vías que creo que es muy importante, tanto la institucional como la no institucional, y es el hecho de considerar que todos los momentos de la vida del niño son momentos educativos y propicios para la estimulación. Con esa concepción tienen que ser preparadas las familias de los niños que están en la institución.

 

P. M. Hay un plan que muestra qué hacer con los niños, dependiendo de su desarrollo, pero si ya llevo tiempo trabajando con una familia, ¿puedo ser más exigente con ella?

I. R. Como no. También la familia necesita ayuda. Por eso es que el programa cuenta con un soporte material. Son nueve folletos para las familias que en estos momentos está en proceso de perfeccionamiento. El programa Educa a Tu Hijo comenzó su utilización en el año 92 y estamos en el 2009, por tanto permite actualizaciones. El programa cuenta con un sistema de folletos para las familias; tiene cuatro para el primer año de vida, porque el niño está totalmente en condiciones de la familia ese año y cambia sus características de un trimestre a otro. Ese material tiene orientaciones precisas para su desarrollo integral, e incluso cómo la familia puede evaluar los logros que el niño va alcanzando en su desarrollo.

 

P. M. En Colombia ha habido un fuerte debate respecto a los indicadores ¿cómo llegaron ustedes a ellos?

I. R. Esos logros son resultado de investigaciones cubanas, y de la experiencia extranjera también; así fuimos determinando cuáles eran los que debían ir teniendo los niños en cada etapa de su vida. También esos logros están siendo revisados, pero nos han servido. La evaluación no es para decir tiene problemas el niño, sino para saber dónde es necesario estimular más. Eso es muy importante para la familia, porque una de las cuestiones que le hacemos comprender es que el niño no es inteligente por naturaleza; tiene condiciones que son necesarias, pero lo determinante es la estimulación que recibe y eso le da un empoderamiento a la familia en el sentido de que cuanto más haga y mejor lo haga, mejor va a ser su hijo, y por eso nosotros decimos que el programa es social porque le da una responsabilidad social a la familia que antes no tenía. Por eso yo no diría que hay una modalidad mejor que otra. La modalidad institucional ha aprendido también desde la perspectiva de la no institucional, porque comprendió que tiene que ser un poco más abierta y que tiene que hacer que el padre de familia también se involucre.

 

P. M. ¿Qué hace de diferente un maestro de preescolar o de una guardería a un padre, en el caso de ustedes?

I. R. Me faltó decirte que ambas vías se complementan, es decir, los centros infantiles son centros preparadores de la modalidad no institucional, preparan al personal técnico que participa en las instituciones y también los padres pueden visitar las instituciones y ver cómo se trabaja. Ahora, la diferencia está en un personal técnico que tiene una responsabilidad y que ha de ejecutarla con ese nivel profesional. El padre lo hace en sus condiciones, con todo el material disponible que ha de poder, un material informal, porque pudimos mostrar que no son los juguetes los que desarrollan, o sea el juguete que normalmente compran los padres y que el niño rompe. Hay una diferencia aquí, indudablemente, el institucional es que tiene un personal especializado que sabe cómo debe conducir al niño y que también debe ser afectuoso, pero no hay mayor afecto que el de la familia.

 

P. M. Ni está todo el día con el niño, por lo tanto no puede darse cuenta de cómo se van dando los cambios. Eso debe tener efectos en otras dimensiones de esos adultos.

I. R. Por supuesto. Te voy a poner un ejemplo. Yo asesoré la creación del programa Primera Infancia Mejor en Río Grande del Sur, en Brasil. En el año 2003 fuimos llamados por el Secretario Estadual de Salud para ver la posibilidad de implementar un programa que utilizara el modelo. Se creó un programa que se llama Primera Infancia Mejor. A los dos años hicimos una evaluación parcial y tuvimos algunas declaraciones de familias que nos dejaron estupefactos. Por ejemplo, recuerdo una donde la abuela y la mamá se incorporaron con el niño a la estimulación, y cuando las entrevistamos, la abuela lloró al contarnos que cuando tuvo a su hija no sabía comunicarse afectiva y emocionalmente, asuntos que aprendió con este programa, que el roce físico y afectivo ya no lo lograría con su hija, sin embargo ahora podía abrazar a su nieto.

 

P. M. Saber que pueden hacer cosas, la capacidad de reflexión sobre lo que hacen debe incidir en muchas esferas.

I. R. Claro, eso no se queda en una familia, es que las familias viven en comunidad, por lo tanto cuando tú transformas a la familia vas transformando a la comunidad y el programa depende también del apoyo que den todos los sectores que tienen que ver con la atención al niño. Si estamos dando atención al niño, hay un equipo técnico que se crea con representación de todos los sectores, porque por ejemplo usted no puede decir que va a estimular a la infancia si no tiene agua para que se alimente, para que se asee. Entonces van moviendo también a los sectores en función de la infancia, que es en función de la prevención porque cuando tu garantizas todo eso estás haciendo más responsable a cada miembro de la sociedad, estás transformando las dificultades que tiene determinado contexto y estás evitando que surjan dificultades en épocas futuras. Por tanto este se convierte en un programa preventivo. Cuando tú haces una buena estimulación integral en la primera infancia, eso es un programa preventivo. 
 
 


Apoyar a Educa a Tu Hijo: un privilegio para Unicef

Odalis Rodríguez, oficial de programa Unicef-Cuba, quien asistió en días pasados a un taller organizado por ese organismo, expresó que Unicef apoya desde hace más de 15 años al ministerio de Educación de ese país, en la realización del programa Educa a Tu Hijo, cuya mayor fortaleza es la integralidad de todos los aspectos. Igualmente anotó que Educa a Tu Hijo es “una de las experiencias más bonitas que desarrolla Cuba en esta esfera, por lo que para Unicef constituye un privilegio, acompañar y contribuir con los esfuerzos que realiza el país en este programa, dado que la infancia, hay que reconocer, se tiene como una máxima prioridad y existe la voluntad y la decisión política para ello”.

De igual manera, Rodríguez anotó que fundamentalmente las estrategias que desarrolla Unicef en la isla están dirigidas al componente de capacitación y apoyo a todo el personal, y que además ha ayudado como facilitador en la implementación del modelo en otros países, donde es adoptado de acuerdo con las características de cada uno. Unicef-Cuba ha promovido este programa a escala regional y ha facilitado la participación y el intercambio de expertos cubanos con otros países. Por últ imo dijo que en estos momentos hay un empeño para sistematizar la experiencia en los diferentes contextos de la región.


 


Wawa Wasi, a favor de la niñez peruana

El Programa Nacional Wawa Wasi (Casa de niños, en quechua) del ministerio de la Mujer y Desarrollo Social de Perú, tiene como objetivo el cuidado diurno y la atención a la infancia temprana, de niños cuyas familias, particularmente sus madres, trabajan. Amparo Muguruza Minaya, directora ejecutiva del programa, explica que Wawa Wasi fue creado hace once años y de él hacen parte un grupo interdisciplinario de profesionales (pediatras, enfermeras, sicólogos, sociólogos, maestros especializados en educación temprana). Wawa Wasi atiende en todo el país a 53.000 niños de 0 a 4 años de manera integral, es decir, con tres componentes: salud, nutrición y aprendizaje temprano, y contempla un componente transversal que es la capacitación a las familias, con el objetivo de promover prácticas saludables de crianza, acciones comunitarias a favor de la niñez, y ayuda a las mujeres a encontrar oportunidades de empleo y educación.

Wawa Wasi cuenta con un comité de gestión que se organiza en cada una de las comunidades, y cuya base son otras organizaciones sociales, el cual se encarga de administrar los recursos que el Estado le hace llegar a estas. Cada comlineamientos claros sobre proveedores, calidad del servicio, etc. El programa provee tres comidas balanceadas, de acuerdo con la edad de los infantes, de las cinco que requieren. En salud se procura que los niños accedan a vacunas, agua potable y red de emergencias.

El programa cubre zonas muy pobres de áreas urbanas o de alta concentración de población, no obstante se ha implementado el modelo Qatari Wawa para regiones menos densas, donde las distancias entre las viviendas no hacen posible implementar los wawa wasi. Con estas familias se implementan las “Casas del Saber” a donde ellas van a aprender de manera muy práctica y se ejerce un control permanente para verificar que lo aprendido sea llevado a cabo en cada hogar.

ité tiene unos 15 wawa wasis y cada wawa wasi tiene una madre cuidadora y ocho niños. El programa tiene Por último Muguruza anota que en el tema de aprendizaje infantil temprano hay elementos muy interesantes como la ayuda de fotografías para evidenciar el desarrollo de capacidades en los niños. Esta evaluación, que realizan las madres cuidadoras, se hace de manera permanente y se van registrando los resultados. Para el seguimiento riguroso se tiene el Wawanet que asienta todos los datos de cada niño cuando ingresa al programa, y todo lo que sucede con él (indicadores de nutrición, desarrollo, aprendizaje, etc.) hasta que lo deja.


 

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