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Entrevista: “Apoyar la educación rural dará convivencia pacífica”: Vicky Colbert
Una reflexión sobre el rol de los docentes y la educación rural en la actualidad de Colombia.
Bogotá celebró el 3º Congreso Internacional de Escuelas Nuevas que contribuyó a la discusión global sobre la calidad de la educación y la importancia de implementar modelos educativos innovadores y flexibles. La líder de la Fundación Escuela Nueva, organizadora del evento, reflexiona sobre el rol de los docentes y la educación rural en la actualidad del país.
‘Construyendo Redes y Transformando la Educación’ fue el eje central de este encuentro académico buscó consolidar alianzas e iniciativas que propendan por el mejoramiento de la vida de los más vulnerables a través de una educación de calidad, centrada en quien aprende y que promueva un aprendizaje activo, cooperativo y personalizado.
Desde la década del 70, la Fundación Escuela Nueva ha trabajado por reinventar continuamente la educación rural en Colombia. Sus aportes a la política educativa del país la han convertido en un referente nacional e internacional a la hora de hablar de métodos de enseñanza y aprendizaje en el campo, y en un modelo que ha sido galardonado por la Unesco en 2003 y por la revista suiza The Global Journey, por destacarse como una de las 100 mejores organizaciones del mundo.
Ante la actual coyuntura nacional, su fundadora, Vicky Colbert, considera que hoy más que nunca Colombia debe volver su mirada a la ruralidad para recoger lo andado y capitalizar lo aprendido. Pero además para fortalecer la calidad educativa que configure a la escuela como un espacio más democrático, abierto a la reconciliación y a la construcción de paz.
¿Cómo ve la educación rural de Colombia en la actualidad?
En Colombia se han hecho esfuerzos muy grandes por universalizar la primaria en el campo y creo que ahí hemos tenido un logro muy importante en los últimos años. Ahora el reto nuestro es poder llegar más a los jóvenes, pero especialmente con un énfasis de calidad. Tristemente ahora en América Latina el 50% de los niños en cuarto grado no entienden lo que leen. Entonces hay que fortalecer todas estas habilidades básicas. Pero también porque volver al campo es algo fundamental para la construcción de paz.
¿Por qué?
Porque es precisamente en la ruralidad donde se vuelve a dar la inequidad. Pero, además, porque la necesidad es la madre de la innovación y del campo vienen las experiencias más innovadoras. En los márgenes de las sociedades se generan las innovaciones más importantes de un país. Si seguimos apoyando al campo y a la educación en las zonas rurales, vamos a poder tener un gran impacto en convivencia pacífica, que es lo más importante.
¿Y en qué sentido se debe dar esa innovación, ese cambio?
Hay que seguir construyendo sobre lo construido porque ya ha habido evidencias y soluciones probadas en Colombia. Hay que comenzar a trabajar con las normales que es de donde salen los maestros para el campo y luego es fundamental escucharlos y no dejarlos solos. Hay que involucrar a la sociedad civil como parte fundamental en el trabajo con el Estado y entender que el concepto de espacio y tiempo para aprender ha cambiado y no es solo la escuela.
Aquí tenemos escuelas rurales que, a pesar de ser de bajos recursos económicos, tienen mejor calidad en muchas dimensiones porque tienen ambientes de aprendizaje muy ricos, y eso hace que un estudiante se quiera quedar en la escuela. Podemos lograr una innovación en la educación rural en Colombia si cambiamos los paradigmas pedagógicos y nos convencemos que más de lo mismo no es suficiente.
¿Cuál es el rol del docente en esta transformación de la escuela rural?
Que no sea transmisor de información porque un joven o un niño hoy entra a Google y obtiene más información y más rápido que la que le puede dar el maestro. El rol del docente es otro. Es tener más tiempo para conocer a sus alumnos, quererlos más, conocer sus estilos de aprendizaje, retroalimentar en el proceso. El nuevo rol del docente del siglo XXI es ser un acompañante, un facilitador, un catalizador.
Ustedes lograron llegar a más de 25 mil escuelas en los 90. ¿Cómo está Escuela Nueva en la actualidad?
Luego de la descentralización que hubo en el país en los años 90 la gente se empezó a concentrar más en lo administrativo y se olvidó de lo pedagógico. Muchos docentes de trasladaron a otros lugares, los nuevos no fueron capacitados, llegó mucho material a escuelas donde no había personas capacitadas, entonces todo se comenzó a descuadernar.
Fuimos política nacional, luego esto comenzó a decaer y en este momento estamos hablando de nuevo hablando con los nuevos gobernadores. Actualmente estamos haciendo un trabajo enorme con el Ministerio de Educación Nacional llegando a más de 4.500 docentes, pero no es suficiente.
Puntualmente, ¿cuáles son esas estrategias que Escuela Nueva propone para mejorar la convivencia en la escuela?
Hay estrategias e instrumentos muy concretos que tienen metodologías de aprendizaje activo y muy participativo. Por ejemplo, a través de los gobiernos de los niños donde los estudiantes aprenden a elegir y ser elegidos, a conformar comités, a incentivar el autogobierno. Ahí es donde se terminan tocando las destrezas del siglo XXI, que son las que promueven lo que un computador no puede hacer: aprender a aprender, liderar procesos, tomar iniciativas, pero especialmente aprender a trabajar en equipo y con respeto.
Cuando un niño tiene elementos concretos para aprender, ellos mismos son los primeros en manejar y controlar los comportamientos a veces no deseables de otros niños. Los mismos niños comienzan a tener instrumentos de auto regulación, de comportamientos democráticos y de convivencia pacífica.
¿Y para fortalecer la calidad?
Eso es fundamental porque los docentes no tienen tiempo para planear todos los días clases maravillosas. Entonces diseñamos un instrumento que se llama ‘Guía de aprendizaje’ que es el híbrido entre un texto y un cuaderno de actividades en donde le presentamos a los docentes algunas propuestas de lecciones donde aterriza el currículo nacional a las actividades en la escuela.
Eso sí, teniendo en cuenta que no todos tienen el mismo ritmo de aprendizaje y que se requiere fomentar el aprendizaje colaborativo, el diálogo, el trabajo de pares. Teniendo en cuenta que el otro piensa distinto y no lo voy a matar por eso. Ese es un concepto de pedagogía que dijo John Dewey hace cien años y es lo que hay que poner en práctica. Los conocimientos los tenemos, pero hay que ponerlos en la práctica y apoyar a los docentes para que lo puedan hacer.
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