Uso del texto escolar, motor para mejorar desempeño académico

Los niños y jóvenes que tienen y usan textos escolares en su currículo escolar, rinden más que los que no los tienen. Así lo evidenció un estudio desarrollado por la Cámara Colombiana del Libro, Camlibro, que aseguró que de los 500 colegios con mejores resultados en las Pruebas Saber 11, el 81 por ciento usa texto escolar, mientras que de los 500 peores colegios, solo el dos por ciento lo hacen.

Para desarrollar este informe seleccionaron una muestra total de 5.210 instituciones públicas y privadas ubicadas en las ciudades de Bogotá, Medellín y Barranquilla. Además de esto, se recogieron testimonios de rectores, coordinadores, docentes y padres de familia. (Lea: Producción de conocimiento a nivel escolar: el rol del docente investigador)

Enrique González Villa, presidente de la Cámara Colombiana del Libro, informa que estos resultados ratifican la necesidad de “garantizar el acceso a los materiales educativos, permitiendo que los procesos de aprendizaje de los estudiantes más exitosos lleguen a toda la población”.

De acuerdo con el estudio, el 95 % de los colegios con mejores resultados en las pruebas son privados, lo que manifiesta que “la brecha entre el sector público y el privado es amplísima y requiere medidas rápidas; esta diferencia afecta a toda Colombia”. (Lea: La escuela como fábrica: la historia oficial)

La investigación, además, señala que el texto escolar es una de las herramientas de enseñanza mejor valoradas entre docentes e instituciones. Sin embargo, factores políticos, tecnológicos, sociales y económicos, hacen que haya perdido protagonismo y disminución de su compra y uso, teniendo impactos directos sobre la calidad de la educación de los estudiantes, a nivel nacional.

Respecto a este último punto, dice el informe que en América Latina todos los gobiernos dotan de textos escolares a los estudiantes de la educación pública, a excepción de Colombia y Bolivia.

Para los padres de familia los textos escolares continúan siendo un importante recurso con el que sus hijos pueden desarrollar el aprendizaje. Es por esto que, a diferencia de los docentes, no perciben que las guías sean un reemplazo directo de los textos escolares.