Por una verdadera inclusión

 

Ángela Patricia Castaño Garzón
Año: 2017
Categoría: Rector                          
Región: Rionegro, Antioquia 
Institución Educativa: Institución Educativa Santa Bárbara

El derecho a la educación como derecho fundamental y sus distintos modelos de aplicación han sido una lucha desde todas las esferas políticas, sociales y culturales; éste derecho debe garantizar el disfrute en cada uno de los espacios en que éste se desenvuelva. Para que se desarrolle óptimamente este derecho se debe brindar desde la escuela y los diferentes actores que participan, las condiciones de igualdad y dignidad.

Estas condiciones se brindan sólo si las diferentes partes asumen compromisos y desmontan los imaginarios sociales de escuelas donde asisten niños y niñas con las mismas condiciones físicas, emociones y conceptuales.

Es de anotar que en este momento, estamos enfrentando un hito social que desmonta aquellos imaginarios de las escuelas tradicionales de las que se habla anteriormente. A nuestros espacios educativos está llegando poblaciones que develan comunidades con características diferentes y con necesidades de inclusión distintas a las que se han asumido de acuerdo con las discapacidades.

Estamos hablando de niños, niñas y jóvenes trabajadores, en conflicto penal, en restitución de derechos o es más aquellos que por estas situaciones u otras familiares han tenido que desertar del sistema escolar debido a sus múltiples repitencias o periodos largos de desescolarización.

Es aquí donde nace la propuesta, motivados ante el interés de aportar a estos jóvenes y niños: A la Institución Educativa, llegan jóvenes extraedad que no eran admitidos en ningún colegio por su repitencia o edad, estos jóvenes no cumplían requisitos para ser escolarizados, bien sea porque eran muy pequeños para escolarizarse en educación de adultos o estaban muy grandes para integrar aulas regulares. Llegan con muy pocas esperanzas de continuar sus estudios y sumado a esto tienen muy poca motivación para seguir estudiando porque se sienten desesperanzados ante dicha situación.

Es por esto que se toma la decisión de buscar una alternativa de solución a dicho problema y es entonces, donde se analiza cada situación y se buscan, de acuerdo a las necesidades de cada estudiante brindar escolaridad. Así pues, movilizamos el sistema educativo en función del mejoramiento de los esquemas de aprendizaje en la institución donde no existen aulas de clase regulares para ellos, aprovechamos e incentivamos la motivación de los niños por el acceso al conocimiento, para que aprendan lo que necesitan aprender y lo sepan aplicar y aprovechar a lo largo de su vida, se trabaja con cada uno de ellos de manera individual sin importar la edad, utilizando los derechos básicos de aprendizaje de cada una de las áreas para cada grado y de acuerdo con su aprendizaje y desarrollo de competencias adecuadas, los escolarizamos en el grado que deben estar de acuerdo con la edad.

Con esta, se espera brindar oportunidades para que los estudiantes que han desertado del sistema educativo, vuelvan a la escuela y desarrollen competencias básicas y ciudadanas que contribuyan a elevar y consolidar los principios de convivencia, democracia y solidaridad, buscando el continuo mejoramiento de toda la comunidad educativa.

Nos hemos dado a la tarea de traer estos chicos a la escuela desde diferentes acciones como las validaciones a partir de talleres anteriores a esta, en medio de una verdadera educación personalizada y acompañamiento académicos lo cual nos permite identificar el grado de escolaridad en el que se encuentra y ofrecer posibilidades de continuar los estudios y así evitar más deserción y niños, niñas y adolescentes en la calle.

La principal motivación para desarrollar la experiencia es que no queremos más niños o jóvenes en las calles vulnerándose el derecho a la educación, las instituciones Educativas como garantes del derecho a la educación, debe buscar alternativas de solución para responder a este derecho fundamental y de esta ,manera atraer a los estudiantes en cambio de cerrar las puertas.

Esta propuesta es interesante en la medida que resuelve la situación escolar de niños, niñas y jóvenes que se encuentran desescolarizados y sin muchas posibilidades de estudiar.

Cabe anotar que en esta propuesta no solo se vinculan los docentes, coordinadores y rectora sino también que se hace necesario el compromiso y corresponsabilidad de los padres de familia como primeros garantes de los derechos de los niños, niñas y jóvenes. Es también vital el aporte de las diferentes instancias gubernamentales y privadas que contribuyen a la realización de este proyecto. Esperamos en algún tiempo que el pequeño trabajo que estamos haciendo en nuestra institución Educativa y que ya ha dado muchos frutos sea utilizado por muchas instituciones para contribuir en gran medida para que no haya deserción escolar ni más niños, niñas y jóvenes en la calle.