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“Somos diferentes, pero juntos hacemos cosas extraordinarias”, François Pienaar

Junio 9, 2022

 

¿Cómo puede el rugby cambiar el alma de un país? ¿Es posible que el deporte reconcilie enemigos culturales? En este vídeo, el exjugador de rugby François Pienaar, quien hizo historia junto a Nelson Mandela en la Sudáfrica posterior al Apartheid, reflexiona sobre las lecciones de vida que aprendió gracias al deporte de equipo.

Un pitido anuncia la conclusión del partido. Es la final de la Copa Mundial de Rugby de 1995 y el capitán de los 'Springboks', la selección sudafricana, alza los brazos al cielo para, de inmediato, hincar la rodilla en el suelo, abatido por la emoción. Aquel deportista de casi dos metros es François Pienaar, un hombre consciente de que aquella victoria trascendía el deporte. “En el escenario, el señor Mandela me entrega el trofeo, me pone la mano en el hombro y me dice: “François, gracias por lo que has hecho por este país”. Y yo le respondo: “No, señor. Gracias por lo que usted ha hecho por este país”, recuerda el exjugador. 

Los ajenos al rugby reconocen a Pienaar porque saltó mundialmente a la fama gracias a la película ‘Invictus’, basada en el libro superventas ‘El factor humano’ de John Carlin. Poco después de la abolición del sistema del Apartheid en Sudáfrica, el presidente Nelson Mandela puso en manos de Pienaar un logro capaz de unir e inspirar a la nueva nación sudafricana: el triunfo de su selección oficial de rugby en el mundial. 

Mandela dio todo su apoyo al equipo y despertó un fuerte nacionalismo en el país a medida que avanzaba el torneo. Ganaron. François Pienaar se convirtió accidentalmente en una pieza clave de la historia. Y el rugby, un deporte tradicionalmente asociado a la minoría blanca, se transformó en el emblema de la reconciliación de todo un país. “Se abrazaba gente de todas las razas”, rememora el deportista.

 

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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.