Análisis a profundidad de las tendencias educativas con mayor potencial de impacto en educación superior dirigido por el Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey, México.
Los seres humanos están marcados con historias y experiencias que moldean la forma del pensamiento personal. A partir del lenguaje comprendemos que la vida es una sucesión de memorias o anécdotas que el sujeto narra para entablar comunicación en sociedades o grupos culturales.
Antes de diseñar un ambiente gamificado para una clase, un tema o todo un curso, el maestro debe establecer primeramente un objetivo por el cual desea implementar esta tendencia.
Crear una dinámica que conjunte la diversión con la instrucción o el aprendizaje no es una tarea tan sencilla, ni de la cual sus efectos sean tan predecibles.
Aunque la gamificación incluye elementos de juego que orientan a motivar extrínsecamente, la experiencia del jugador será favorable en la medida en que esté motivado intrínsecamente.
La queja: estudiantes perciben a la escuela como aburrida y con ritmo lento. La solución: docentes realizan esfuerzos para innovar sus métodos de enseñanza por medio del juego. ¿Cómo?
¿Cómo sacarles el mejor partido a esos recursos? ¿Qué principios pedagógicos pueden orientar la labor de quien conduce esa experiencia de aprendizaje? Conózcalo aquí.
Todos ellos, no obstante, coinciden en lo esencial: son experiencias de aprendizaje en torno a una relación que se establece entre alguien que sabe (mentor) y alguien que no (mentoreado).