Así le hacen frente a la discriminación étnica y racial en los colegios de Bogotá

Los colegios de la capital tienen más de 5 mil razones para decirle no a la discriminación étnico - racial: los estudiantes pertenecientes a pueblos indígenas (embera katío, embera chamí, wounaan, eperara, misak y uitoto, entre otros); así como niñas, niños y jóvenes de comunidades negras, afrocolombianas, raizales, palenqueras y rom, además de los venezolanos que diariamente asisten a sus aulas y que confirman que esta es una ciudad diversa, multicultural y multiétnica.

Para garantizarles todas las condiciones de acceso y permanencia en el sistema educativo y una atención integral con enfoque diferencial, Bogotá implementa una política de educación inclusiva pionera en el país, con los retos de promover el reconocimiento de la diversidad, fortalecer las prácticas de enseñanza y aprendizaje desde las identidades culturales y la riqueza lingüística, así como prevenir, atender y hacer seguimiento a situaciones de racismo y discriminación étnico-racial.

Justamente, uno de los 18 protocolos con los que cuentan los colegios para atender las situaciones que afectan la convivencia escolar y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de niñas, niños y adolescentes, en el marco de la Ruta de Atención Integral para la Convivencia Escolar (Ley 1620 de 2013 y Decreto reglamentario 1965, también de 2013), está enfocado en orientar a familias, docentes y ciudadanía sobre qué hacer en caso de presunto hostigamiento o discriminación por condiciones étnicas, raciales y orientaciones sexuales no normativas. Aquí se lo explicamos.

Identifique posibles prácticas racistas o discriminatorias

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el racismo se entiende como una ideología fundamentada en la creencia de que ciertos grupos humanos, por sus rasgos fenotípicos (color de la piel y características físicas y biológicas) y atributos culturales se consideran ética, moral, psicológica, estética e intelectualmente inferiores a otros.

La discriminación racial es toda distinción, exclusión, restricción o preferenciabasada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, o en cualquier otra esfera de la vida pública.

Lo segundo importante es tener claro que el racismo y la discriminación racial son un delito. Por eso, la Ley 1482 de 2011 –establece sanciones a los actos de discriminación, con el propósito de garantizar la protección de los derechos étnicos y culturales de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, que son vulnerados a través de actos de racismo o discriminación.

Las siguientes son señales de presunta discriminación:

En el establecimiento educativo

• Violencias estructurales invisibles implícitas en la cotidianidad escolar.
• Invisibilización de las diferencias en el colegio.

En la víctima

• Baja autoestima, tristeza y cambios comportamentales abruptos.
• Conductas o actitudes que buscan llamar la atención.
• Ideación y conducta suicida.
• Vergüenza de sí mismo y negación de procedencia cultural, social o económica.
• Temor y rechazo excesivo al contacto físico normal.
• Desmotivación.
• Timidez extrema.
• Ausentismo o deserción escolar.
• Consumo de sustancias psicoactivas.
• Bajo rendimiento académico.
• Dificultades para concentrarse en el colegio y desinterés por las actividades escolares.
• Reacciones defensivas, verbales y físicas.
• Agresividad verbal y física.
• Hiperactividad repentina.
• Lesiones físicas.
• Aislamiento y retraimiento, silencios prolongados, constantes y reiterados.
• Aislamiento en escenarios como el aula, espacios de descanso y actividades culturales.
• Agrupación o guetos de estudiantes con las mismas particularidades.
• Antecedentes de discriminación por pertenecer a un grupo no normativo.

En el agresor

• Uso de apodos peyorativos.
• Comentarios y burlas.
• Hacer daño psicológico o físico.
• Exclusión y segregación.
• Relacionarse desde prejuicios y estereotipos.
• Dañar o robar pertenencias de la víctima.
• Cadena de maltrato y acoso en otros entornos.
• Discriminación por raza o etnia.

Es importante que el docente, orientador, rector o coordinador indaguen lo siguiente sobre la situación. Estas preguntas pueden ser útiles para ello:

• ¿Hubo intencionalidad por parte de quien ejerció el hostigamiento o la discriminación?
• ¿La situación de violencia refleja un abuso de poder?
• ¿La situación representa malestar, angustia o sufrimiento emocional por parte de la persona objeto del hostigamiento o discriminación?
• ¿La situación de violencia ha sido constante y se ha mantenido a lo largo de un período de tiempo específico?

Si una o más respuestas a las anteriores preguntas son afirmativas, sumado al análisis del contexto, puede indicar un caso de discriminación.

¿Qué hacer?

La mejor forma de detener esta situación es reportarla y denunciarlaante las autoridades competentes, según corresponda: Centro Zonal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Policía de Infancia y Adolescencia y Fiscalía General de la Nación, entre otras. Además, la situación debe reportarse a la Secretaría de Educación del Distrito y, antes de esto, debe hacerse una socialización con los padres de familia de los niños, niñas o adolescentes involucrados en la situación para buscar soluciones desde el ambiente pedagógico para la reparación de los daños, la reconciliación y la promoción y respeto de los derechos.

Si la situación de discriminación genera daños al cuerpo o a la salud, es necesario pedir apoyo a la línea 123 o al cuadrante de la Policía Nacional.

Además de hacer el debido seguimiento a los casos de discriminación que se presenten en las instituciones educativas, los directivos y docentes deben implementar acciones de promoción y prevención respecto a este tipo de situaciones de agresión y acoso escolar.