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El amor propio como camino a la paz
Conozca cómo la comunidad educativa del colegio Guillermo León Valencia, en Bogotá, Colombia, festejó el Tercer Encuentro Cultural de la Memoria.
La historia de Colombia, compleja y convulsionada, no es otra cosa que la suma de todas nuestras historias, también complejas y, la mayoría de ellas, convulsionadas. Esta fue la premisa del colegio Guillermo León Valencia a la hora de elegir el tema de la tercera versión del Encuentro Cultural de la Memoria, un espacio que ya cumple, con éxito, tres años de desarrollo en este centro educativo.
El lema: “El amor, la paz y el perdón están dentro de mí”. El tema: El amor propio como la posibilidad de amar a otros, de tal vez vivir un poco más en paz.
Santiago Bolívar de 9 años, estudiante de cuarto de primaria en este centro educativo ubicado en la localidad de Engativá, dice que “es importante compartir amor porque eso es lo que le hace falta a este país”.
Jonathan David Arévalo, un año mayor, añade que “a Colombia le hace falta que nos queramos, y harto, porque hay mucha gente que no se quiere y por eso no piensan en los demás”.
Su compañero Samuel Felipe Hurtado López, complementa diciendo: “Tenemos que amarnos porque como es adentro es afuera. Si nosotros nos queremos podemos amar a los demás”.
Ellos hacen parte de los 510 estudiantes que protagonizaron la celebración de este encuentro por la memoria y por la paz. Un espacio que busca resignificar el pasado y algunas estigmatizaciones de nuestra cultura.
“Como país, la historia nos ha tildado de muy violentos, y nos hemos creído el cuento y lo hemos perpetuado. Pero lo cierto es que nacional e internacionalmente se destacan muchas personas por las cosas buenas que hacen”, indicó Edilma Lesmes Ramírez, rectora de la institución.
Para ella, la violencia es algo que podría percibirse todos los días y en todo momento. “Por ejemplo dejamos de hablarle a nuestra pareja y eso va creando sensaciones y reacciones”, explica.
“Estoy absolutamente segura que es en la cotidianidad donde se genera el cambio. Si no logramos cambiar la estructura mental y emocional de las personas es poco lo que se puede hacer porque, por más que se legisle, no se puede tener un vigilante para cada ser humano”. De allí que la rectora destaque “la posibilidad de incidencia que uno tiene sobre los estudiantes en periodo de formación, que es grandísimo y es una oportunidad”, puntualiza.
El amor propio como una forma de reconciliación con uno mismo incidirá en la reconciliación colectiva. Para ello, la reconstrucción de la memoria también es clave. Por eso en esta jornada, además de un minuto de silencio por las muchas víctimas que ha dejado el conflicto armado en este país, también se presentaron dos obras musicales: ‘Mi voz es tu voz’ y ‘Tesoro escondido, una travesía por la memoria’, lideradas por el Centro de Memoria Histórico, que viene trabajando de la mano con la Secretaría de Educación del Distrito en distintos colegios de la ciudad.
Tatiana Dueñas asistió al evento como representante del Centro de Memoria. “Las niñas, niños y jóvenes tienen un rol muy importante, no solamente en calidad de receptores de la memoria histórica, sino, fundamentalmente, porque ellos y ellas son constructores de memoria”, explicó Dueñas.
“Hacemos con los estudiantes un acercamiento a la memoria desde la empatía y la emoción para que puedan entender que lo que les sucedió a otros y otras también nos ha sucedido a nosotros. Lo hacemos desde la empatía porque eso nos ayudará a hacer una memoria no vengativa, ni justificatoria, sino una que nos permita aprender y a construir tiempos mejores”, concluyó la representante del Centro de Memoria Histórico.
El coordinador del encuentro es el profesor Andrés Morales, especialista en Memoria de la Universidad Pedagógica y master en Pedagogía de la Memoria. Expone que percibe mucha indiferencia y que “las nuevas generaciones están muy alejadas de lo que ha ocurrido en nuestro país respecto al conflicto armado”.
“Eso pasa porque la violencia está muy metida en la cotidianidad de los colombianos y no nos damos cuenta. Hacer actos de memoria como este nos ayuda a reflexionar para entender lo que ha pasado y evitar que desde las acciones del día a día los actos de violencia se repitan”, asegura Morales.
El profesor además apunta que, en estos tres años de trabajo, lo más gratificante ha sido escuchar a los estudiantes con testimonios que dan cuenta de que sí han sido capaces de “ponerse en los zapatos de otros”.
El Tercer Encuentro Cultural de la Memoria del Colegio Guillermo León Valencia es un ejemplo de cómo abordar la Cátedra de Paz que, para Bogotá, tiene un enfoque de cultura ciudadana de acuerdo con el Plan de Desarrollo ‘Bogotá Mejor para Todos 2016-2020’.
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