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Antonia y el computador que le permitirá conectarse desde la ruralidad

Esta estudiante de Bogotá vive en la ruralidad y hoy está conectada con la naturaleza y el conocimiento a través de su nuevo computador. Esta es su historia.

Septiembre 30, 2021

Hace cinco años, en una tarde típica bogotana en la que el sol pica y el viento frío golpea, Ana y Antonia salieron del apartamento en el que vivían, ubicado en el barrio La Macarena, con el objetivo de buscar un nuevo hogar.

Para ese entonces, Ana era docente de apreciación del arte y sus quehaceres trascurrían en el centro de Bogotá. Sin embargo, el caos, el ruido y el trajín de la ciudad no ponían muy contenta a Antonia, quien en ese tiempo tenía tan solo 6 años.

“Ella es una niña que tiene capacidades excepcionales y eso hace que tenga una sensibilidad singular. Por esa razón, hay muchas cosas que la agobian, como por ejemplo el ruido y la inmediatez. En definitiva el ritmo de la ciudad era bastante agitado para ella”, nos cuenta Ana.

Aquella tarde de 2016, sin tener un destino definido, mamá e hija se subieron a un colectivo que las llevaría a la zona rural de la localidad de Santa Fe. Al llegar a la última parada del bus, se bajaron y  empezaron a recorrer un lugar que era desconocido para ellas. Allí, el paisaje ya no estaba cubierto por buses, taxis, motos u oficinistas, sino adornado por árboles, pastizales, flores y animales.

Unas semanas más tarde, Ana y Antonia ya estaban viviendo en ese lugar natural. Alquilaron una pequeña y vetusta finca en la vereda El Verjón, un paraíso que muchos bogotanos no conocen. “Me encantaron las aves, me gustó mucho el paisaje, me fascinó la tranquilidad y, sobre todo, una piedra en forma de sillón que tenía la finca”, describe Antonia.

Así fue como un día esta familia decidió cambiar el rumbo de su vida, abandonar la ciudad urbana y establecerse en una zona rural de Bogotá, un espacio en el que conviven con perros, gallinas, conejos y siembran papas, cubios, lechugas y diferentes plantas aromáticas. El lugar en el que Antonia vive feliz.

“Ella fue la que me convenció y aunque los cambios siempre son difíciles ahora todo en nuestras vidas tiene que ver con ese territorio, un espacio que le ha permitido a Antonia ser, estar en libertad y desarrollar todas sus capacidades. Eso para una mamá no tiene precio”, reflexiona Ana.

Un computador para el presente y el futuro

Desde su llegada a la vereda, Ana matriculó a su hija en el colegio El Verjón, una institución educativa distrital que atiende a niñas, niños y jóvenes de las zonas rurales de localidades como Santa Fe y Chapinero. Hoy Antonia está en grado sexto y, a pesar de su corta edad, es la representante estudiantil del colegio para este año.

“Es súper chévere. En varias ocasiones he tenido que ir al Concejo de Bogotá, he hablado de las cosas que pueden mejorar en el colegio y lo que necesitamos los estudiantes”, cuenta Antonia, quien al parecer lleva la política en la sangre.

Y es que una de las principales necesidades que tenia Antonia era el acceso a un dispositivo tecnológico que le permitiera potenciar esas numerosas capacidades y habilidades que posee. Por ello, la Secretaría de Educación, en el marco de la ‘Ruta 100K Conéctate y aprende’, le entregó un computador portátil que trae instalados múltiples contenidos pedagógicos. Un equipo que, según su mamá, ha ampliado su perspectiva y su mirada crítica.

“No hablo solamente por Antonia sino también por sus compañeros. Al tener su propio computador pueden realizar independientemente sus tareas y mejorar así su rendimiento académico. En las zonas rurales la compra de un equipo de estos no es la prioridad para las familias porque tienen otras necesidades y la economía se va en lo básico. De ahí la importancia de este tipo de iniciativas que le apuestan al desarrollo”, afirma.

Un computador para el presente y el futuro que hizo mucha falta en el pasado. Cuenta Antonia que durante la pandemia fue muy complicado desarrollar las actividades académicas. “Estábamos un poco desconectados, tardaba mucho tiempo en hacer las tareas, no era tan sencillo comprenderle a los profes. Ahora todo es más fácil con el computador”, indica.

Un equipo en el que ahora asiste a sus reuniones como cabildante, que evita que se gasten hojas de papel para la impresión de guías y talleres, en el que puede investigar sobre el tema que más le apasiona: los animales y que le ofrece una independencia que se vio mermada durante 2020, cuando dependía del celular de su mamá para adelantar sus tareas.

Por lo pronto, Antonia continuará con sus estudios, siendo la representante estudiantil más joven de la historia del colegio y regocijándose de esa conexión que tiene con la naturaleza, esa que la despierta en las mañanas, le da vida durante el día y descansa con ella en las noches ofreciéndole un silencio que solo los campesinos pueden disfrutar.

Con el amor que le brinda su madre, con sus fuertes convicciones, con sus capacidades y habilidades y con la ayuda de la tecnología gracias al computador que recibió, Antonia finaliza la conversación contando lo que más sueña en la vida: “ser veterinaria como los veterinarios de Animal Planet, que viajan por todo el mundo para ayudarle a todo tipo de animales, no importa sin son serpientes, tiburones y cocodrilos”.

 


Imagen educacionbogota.edu.co

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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.