Según las cifras más recientes del Ministerio de Educación, el número de matriculados en universidades en el 2017 bajó 7 por ciento y en el sector privado la caída fue del diez por ciento. Esto supone un reto muy grande para las universidades y el Estado no solo en términos económicos, sino también en temas más de fondo como la pertinencia de los programas que están ofreciendo, el retorno que puedan llegar a recibir los estudiantes en el futuro, las necesidades de la empresas, etc.