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El ejemplo de votar

El ejemplo de los padres de familia en casa es esencial para erradicar las históricas cifras de abstencionismo electoral que existen en el país

Octubre 23, 2015

Este 25 de octubre, se llevarán a cabo en Colombia las elecciones regionales para alcaldes, gobernadores, diputados de la asamblea, concejales municipales y ediles. Durante algunos meses, las campañas políticas se han hecho sentir con todo su furor y han tratado de adquirir, de formas creativas, ‘adeptos’ para posicionar a diversos candidatos. Sin embargo, a pesar de los ‘bombos y platillos’ que existen alrededor de la jornada electoral, el abstencionismo sigue siendo el candidato favorito.

Durante años, las cifras de abstencionismo en Colombia han sido penosas, lo cual es un claro síntoma de indiferencia y descuido de parte de los ciudadanos. Puedo aventurarme a imaginar que en muchos casos, la desidia y corrupción reiterada de los gobiernos locales y nacionales ha decepcionado a tal punto, que muchos sienten que es más provechoso quedarse en casa viendo televisión que utilizando algunos minutos para ir a votar.

Sin embargo, ese abstencionismo electoral nos perjudica enormemente como ciudadanos, ya que la apatía juega contra nosotros y nos impide elegir gobernantes calificados. Es inaudito además que los ‘votos comprados’, con dudosa legitimidad, asisten sagradamente a las urnas para ejercer el derecho que otros han olvidado en medio de sus quehaceres. Claramente a la hora de la verdad la decisión es tomada por unos cuantos votantes ‘sesgados’.

Es hora de detener el abstencionismo y la dejadez y que las generaciones futuras empiecen a entender la importancia de estos mecanismos electorales y la gran influencia que estas decisiones tienen en su vida. El mensaje de esta columna es para invitar a los padres que, a través de su ejemplo, comiencen desde temprana edad a cultivar en sus hijos una cultura del voto, donde desde pequeños aprendan la importancia de ejercer plenamente uno de sus derechos ciudadanos.

Aunque la corrupción y las injusticias son un mal de raíz que tiene muchos componentes, defiendo fervientemente la necesidad de formar ciudadanos empoderados, involucrados y conscientes de la importancia de sus acciones para su entorno. Desde las aulas, algunos ejercicios electorales ayudan a que los niños entiendan un poco cómo la democracia funciona. Pero, es en casa donde los padres pueden complementar y reforzar esta noción, para que la idea de la democracia sea algo más que ciencia ficción.

La invitación es para que este fin de semana, los padres de familia saquen unos minutos de su tiempo y ejerzan su derecho a su voto. Desde su ejemplo, el entorno familiar del niño ejercerá una influencia positiva para que los ciudadanos del mañana dejen de lado la indolencia y la inapetencia de estar implicados en prácticas democráticas. Dicha actitud es además, esencial para poder tener el país que soñamos, no solo en paz, sino con personas informadas, reflexivas y con un pensamiento crítico hacia la realidad nacional. El ejemplo ciudadano empieza en casa.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Comunicadora social y periodista
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Rubén Darío Cárdenas
Gran Rector Premio Compartir 2016
Concibo al maestro como la encarnación del modelo de ser humano de una sociedad mejor. Él encarna todos los valores que quisiera ver reflejados en una mejor sociedad.