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¿Racismo en las universidades estadounidenses?
El tema del racismo aparece nuevamente en la agenda de las universidades de los Estados Unidos. Estudiantes y docentes afroamericanos protestan por la discriminación de la que han sido víctimas y que ha sido ignorada sistemáticamente desde hace varias décadas.
El tema del racismo aparece nuevamente en la agenda de los Estados Unidos. Múltiples protestas en la Universidad de Missouri, Yale y Princeton, entre otras instituciones, han puesto en el ojo del huracán a los directivos que han ignorado los incidentes de discriminación del que han sido blanco algunos de sus estudiantes desde hace varias décadas.
Infortunadamente, el tema del racismo contra los afroamericanos y otras minorías en Estados Unidos no es reciente. La esclavitud jugó un papel importante en la historia de este país y los descendientes de las víctimas de este horrendo flagelo no quieren que esto pase desapercibido para las nuevas generaciones. Presidentes, comerciantes y distinguidos personajes de la élite estadounidense, apoyaron, protegieron y justificaron las prácticas de maltrato y subyugación de la esclavitud. Por ello, resulta indignante que a pesar de la libertad obtenida por la población negra y su ardua lucha por la igualdad y el respeto de sus derechos civiles, la remembranza positiva de las figuras que avalaron la segregación despierte indignación y desconcierto.
Un ejemplo de ello es el caso del expresidente Woodrow Wilson, quien fuera uno de los rectores más importantes de la Universidad de Princeton. Gracias a su ávida gestión por mejorar y proyectar la imagen de la institución, recibió reconocimiento y aprecio de parte de la comunidad educativa. Sin embargo, sus perspectivas racistas durante su mandato presidencial desde 1913 hasta 1921, no hacen que sea igual de apreciado por las comunidades afroamericanas.
La indignación de los estudiantes y docentes afro se fundamenta además en que, desde 1902 hasta 1910, mientras Wilson fue rector de Princeton, los negros fueron segregados de todo tipo de cargos directivos y relegados únicamente a tareas operativas. Muchos afirman que a pesar de su valioso legado, Wilson influyó negativamente en el tinte discriminatorio de la institución que admitió a su primer estudiante afroamericano solo hasta 1947.
Esta semana, miembros de la Black Justice League protestan porque el nombre del expresidente y ex rector sea removido de una de las residencias de Princeton. Para argumentar sus razones, los protestantes imprimieron afiches con las citas más ofensivas de Wilson y gestionaron una petición en el Portal Change.org para dicho propósito. Aunque hay quienes defienden la permanencia del nombre de Woodrow Wilson dentro de la institución, el debate continúa abierto debido a la carga emocional que esto representa para los afroamericanos de Princeton, que conforman solamente el 8% en el cuerpo estudiantil y el 2% en la planta docente.
Presidentes, comerciantes y distinguidos personajes de la élite estadounidense, apoyaron, protegieron y justificaron las prácticas de maltrato y subyugación de la esclavitud. Por ello, resulta indignante que a pesar de la libertad obtenida por la población negra y su ardua lucha por la igualdad y el respeto de sus derechos civiles, la remembranza positiva de las figuras que avalaron la segregación despierte indignación y desconcierto.
Mientras tanto, en la Universidad de Missouri, su rector Tim Wolfe renunció el pasado 15 de noviembre luego de ignorar por meses las continuas protestas de los estudiantes de dicha institución de educación superior. La presión final vino de parte de los deportistas del plantel, quienes se rehusaron a jugar a menos que Wolfe renunciara, lo cual puso una enorme carga en él ya que los equipos deportivos de la Universidad de Missouri son reconocidos en el país y tenían compromisos importantes para cumplir. Las experiencias y casos de racismo reportadas por los estudiantes afroamericanos han sido reportadas y divulgadas, sin embargo, esta es la primera vez que las protestas logran un cambio estructural de tal magnitud en la institución.
Estas dos universidades no son las únicas que se enfrentan al escarmiento público por discriminación y es probable que, con el pasar de los meses, el número de estudiantes e instituciones involucradas en las protestas aumenten. En este sentido, la protagonista ha sido la organización Black Justice League, que ha hecho un uso estratégico de las herramientas digitales para hacerse escuchar, lo que ha facilitado que sus protestas no pasen desapercibidas y tengan trascendencia. Asimismo, las nuevas generaciones están conociendo un poco sobre la historia de la discriminación de otros miembros de la sociedad. Historia sobre la que no necesariamente han sido educados y con la que posiblemente no han tenido contacto directo.
El debate seguirá abierto pero, mientras tanto, los estudiantes estadounidenses tienen en sus manos la oportunidad de cambiar el paradigma de la discriminación, racismo y segregación que se ha anidado en las esferas del poder de esta nación que paradójicamente, fue fundada por inmigrantes. Lo mejor sería esperar que estas protestas sirvan para lograr la unidad y la igualdad en este país lleno de diversidad.
Fuentes de la información
internacional.elpais.com
www.theatlantic.com/business
www.nytimes.com/2015/11/23/nyregion
www.elcomercio.com/actualidad
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