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¿Qué pasa en el cerebro de un niño cuando juega?
Diferentes estudios han demostrado que el juego potencia la dimensión cognitiva del ser humano. Además, desarrolla sus habilidades y capacidades socioemocionales.
Eso es lo que están corroborando investigadores de la Universidad Nacional, quienes desde hace tres años hacen seguimiento a niños de seis municipios del país que asisten a ludotecas del Programa Naves, de Corporación Juego y Niñez, para comparar su destrezas con niños que no acuden a estos espacios dedicados al juego.
La empatía, el ponerse en los zapatos de los otros, la flexibilidad y la capacidad de presentar alternativas a diferentes situaciones (pensamiento divergente) son algunas de las habilidades que logra el juego, según esta investigación que terminará en un año y que desde ya recomienda abrir espacios a las ludotecas en la escuela y hacer que desde la primera infancia los niños gocen de sus beneficios, por las potencialidades que tienen en la formación de los seres humanos, sin importar su edad.
“Son varios los elementos que se rescatan del estudio, que se articulan con el momento que vive Colombia. Por un lado, muestra el impacto que tiene la ludoteca en el desarrollo de las competencias ciudadanas, especialmente la convivencia. Por otro lado, revela que los niños en los escenarios tradicionales de formación, como la escuela, siguen curvas decrecientes del desarrollo de sus competencias, especialmente en la creatividad y en las competencias emocionales, pero los niños que asisten a ludotecas tienen curvas crecientes de estas”, explica Rita Flórez Romero, directora del Grupo de Investigación Cognición y Lenguaje en la Infancia de la Universidad Nacional y coordinadora del estudio.
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