El rol de los Observatorios de Educación en la transformación regional y nacional

Uno de los actores que estimamos claves del proceso de apertura del debate alrededor del sector educativo son los Observatorios y Centros de Investigación avocados a generar conocimiento que ayude a los actores públicos, privados y sociales (ciudadanos, en general), desde la academia, al seguimiento de los diferentes indicadores requeridos para tal fin, así como en el abordaje de conocimiento relacionado con temas específicos de dicho sector.

Por los motivos expuestos previamente es que, en esta columna deseamos destacar el rol que tienen los espacios antes indicados para el desarrollo regional y nacional colombiano. En primer lugar, debo decir que, a lo largo de los 7 años bajo la dirección del Observatorio de Educación de la Uninorte, no solo, hemos sido ejemplo del carácter visionario y comprometido de esta institución en el estudio del mayor número de temas educativos; sino también hemos intentado retribuir el compromiso institucional a nivel social, a través de la promoción de espacios de debate, generación de contenidos académicos y sociales, en diferentes formatos, con el fin último de: Generar conocimientos sobre la educación en la Región Caribe, a partir de la investigación y generación de canales de comunicación que favorezcan la mejora de los procesos educativos y desarrollo social de los habitantes del Caribe Colombiano.

No solo, hemos sido ejemplo del carácter visionario y comprometido de esta institución en el estudio del mayor número de temas educativos; sino también hemos intentado retribuir el compromiso institucional a nivel social

La transformación requerida a nivel regional y nacional requiere de espacios como el Observatorio de Educación de la Uninorte para garantizar la visión que exige el sistema educativo, al momento de abordar temas generales o especializados, que ayuden a avanzar en procesos que contribuyan, en paralelo, con los motivos ya expuestos. Un espacio que resulta importante, ya que acompañan a docentes, rectores, estudiantes, directivos, fundaciones, secretarías de educación e investigadores interesados en los diferentes temas vinculados con la educación del país, entre otros, a la importante tarea de re-pensar el rol que debe asumir la educación para los fines indicados al comienzo de este párrafo.

Para ver cristalizado los fines a los cuáles resultan importante, no solo, contar con el compromiso y apoyo institucional que hemos recibido desde el comienzo, por las autoridades de nuestra institución; sino también, se requiere:

Un equipo humano, consciente en “operacionalizar” el compromiso dado institucionalmente, a través del desarrollo de áreas estratégicas que van más allá de la investigación o seguimiento de indicadores.
Impulsar acciones que ayuden a la generación de contenidos que ayuden a visibilizar todo el trabajo hecho desde Centros de Investigación y Observatorios de Educación, dirigidos a los diferentes miembros que integran nuestra sociedad.

Impulsar escenarios de colaboración inter-disciplinar e inter-institucional que permita la realización de proyectos orientados al abordaje de temas complejos. Ello, desde la promoción y búsqueda constante de posturas intermedias entre actores académicos e institucionales que ayuden a sacar sumar y no restar, al momento de impulsar acciones orientadas a dar sustentación analítica al sector educativo. Todo, desde la búsqueda de escenarios propositivos que permitan sacar mayor retorno a los recursos humanos, técnicos, logísticos e institucionales para los fines planteados, entre todas las partes.

Entender la investigación como una labor incompleta, hasta no generar contenidos orientados a la divulgación social del conocimiento, que ayude a que los resultados generados sean usados por los propios miembros de las diferentes poblaciones analizadas e interesadas directamente en ellos. Esto a través de un mayor uso de los canales de comunicación vigente (redes sociales) y la elaboración de infografías, material multimedia y la elaboración de escritos para la divulgación no académica del conocimiento.

La tarea de sacar adelante una empresa que aspira a convertirse en referente para los fines aquí indicados no es fácil, como todo en esta vida, y sobre todo requiere de la paciencia y constancia institucional y humana, enmarcada bajo una claridad inquebrantable de contribuir con conocimiento que ayude a ir avanzando hacia una sociedad mejor.

Entender que la labor de un Observatorio debe trascender a las posibles connotaciones negativas que puede traer consigo la actividad de seguir, evaluar o monitorear indicadores, por ejemplo, para conocer los diferentes avances o no, observados a nivel del sector educativo. Por ello, siempre hemos creído e intentado insistir en nuestro rol de ¨acompañantes¨, encargados en dar cuenta de datos, análisis y visiones que ayuden a mejorar nuestro sector de interés, sin dejar de reconocer el marco de esfuerzo y co-responsabilidad que todos terminamos ejerciendo, en favor de la transformación regional, desde el mejoramiento educativo.

Estos son algunas de las lecciones aprendidas que estimamos necesarias para poder garantizar el marco que justifique nuestra posición sobre el importante rol que pudiesen tener los Centros de Investigación y Observatorio de Educación, como el existente desde la Universidad del Norte, al momento de contribuir a favor de la transformación regional y nacional desde la educación. La tarea de sacar adelante una empresa que aspira a convertirse en referente para los fines aquí indicados no es fácil, como todo en esta vida, y sobre todo requiere de la paciencia y constancia institucional y humana, enmarcada bajo una claridad inquebrantable de contribuir con conocimiento que ayude a ir avanzando hacia una sociedad mejor.