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Experiencia y derechos humanos
El punto de vista de una estudiante sobre un proyecto educativo enaltecido por el Premio Compartir que permitió que los profesores se plantearan su proceso de enseñanza en el aula.
El profesor Miguel Plazas fue nominado al Premio Compartir maestro por su proyecto: ‘Construyamos un mundo en armonía entre derechos y deberes’, el cual expuso el día 11 de abril del 2018 en la Universidad de La Salle, en donde explicó cómo había llevado a cabo las estrategias y propósitos de este estudio, ya que el tema central eran los Derechos Humanos dentro de un contexto educativo especifico.
A partir de esto, permite que las personas piensen acerca del rol que cumplen los docentes y alumnos, y cómo se hizo posible este trabajo, debido a que los profesores necesitan de la experiencia de los estudiantes para enseñar los derechos humanos.
En relación con el concepto “Derechos humanos”, el jurista Antonio Enrique Pérez Luño, lo define como “un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humana, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional”.
Partiendo de esta definición, el profesor llevó a cabo su proyecto anteriormente mencionado con estudiantes de grado 10 y 11 del Colegio Distrital Benjamín Herrera, de la jornada mañana, entre estratos 1, 2 y 3, los cuales trabajaron junto a los docentes de diferentes disciplinas (filosofía, educación ética, lengua castellana matemáticas, etc.) los derechos humanos en la Institución Educativa con un objetivo claro: formar personas respetuosas y equitativas dejando a un lado la violencia escolar.
Por otro lado, el proyecto se desarrolló teniendo en cuenta los contenido teóricos de las clases, procesos de investigación y juegos para incentivar la parte pedagógica en los estudiantes, con el fin de que los alumnos conocieran las temáticas a tratar y se desenvolvieran adecuadamente en ese contexto. Por ende, los estudiantes de grado 10 y 11 desarrollaron trabajos de investigación y juegos didácticos, cuyas propuestas estaban relacionadas a las problemáticas de su contexto educativo.
Hecha esta salvedad, en las aulas de clase del colegio Benjamín Herrera se pudo presenciar la labor que se estaba llevando a cabo por los docentes de la Institución, los cuales se dieron cuenta que la experiencia de sus estudiantes era de vital importancia para potencializar los derechos humanos, generando así una transformación en el contexto educativo que va más allá de un conocimiento asimétrico.
Según el licenciado de filosofía Joan-Carles Mèlich, “nadie puede hacer una experiencia en lugar de otro” es unipersonal “en toda experiencia hay recuerdo del pasado, pero también hay futuro, posibilidad de ser de otro modo, cambiar e innovar”, recalcando de esta forma que el termino de Derechos Humanos y experiencia se trabajan como uno solo.
El proyecto ‘Construyamos un mundo en armonía entre derechos y deberes’, al momento de finalizar, dio cumplimiento con las metas propuestas al comienzo del trabajo, la cuales iban desde la difusión de los aportes pedagógicos del proyecto, la sistematización continua de la experiencia, la apropiación y la participación de más docentes y estudiantes, la divulgación y vinculación a padres de familia y la participación en redes de Derechos Humanos, logrando así el respeto y la tolerancia de los estudiantes hacia los compañeros con diferentes ideologías sexuales, religiosas, políticas, entre otras.
Sin embargo, lo más importante es que se logró la disminución de la agresión escolar en el colegio.
En síntesis, este proyecto permite que los profesores en formación se planteen su proceso de enseñanza en el aula, ya que en algunas ocasiones se piensa rápidamente en la transformación del contexto educativo sin antes haber un procedimiento adecuado que permita este cambio.
De modo que las experiencias, tanto de los profesores como de los estudiantes, juegan un rol importante, debido a que se le está enseñando al estudiante a analizar y criticar su proceso de enseñanza, habiendo de este modo una constante interacción entre el docente y sus alumnos, finalizando con una frase del educador brasileño paulo Freire, quien dijo: “Ninguno educa a ninguno, tampoco se aprende solo, los hombres (y las mujeres) aprenden a través del mundo”.
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