Maestros dentro y fuera de clase

Conservo gratos recuerdos de mis años como estudiante en el Gimnasio Moderno, y en particular de dos de mis maestros que fueron importantes en mi formación: monsieur Henry Yerly, suizo, y el profesor Ernesto Bein, alemán. Los dos llegaron al país a comienzos de la segunda guerra mundial. Ambos aprendieron a querer a Colombia más que muchos de nuestros compatriotas. Llegaron para quedarse.

Al primero le decíamos “mesié” Yerly, o simplemente “mesié”, y al segundo prof Bein o solamente prof. Los dos eran bastante disciplinados; como maestros, muy profesionales; como seres humanos, extraordinarios.

Mesié tuvo una carrera exitosa. En el Gimnasio Moderno dictaba matemáticas, geometría y física. Se retiró de allí para asumir la rectoría del Colegio Helvetia y más tarde la jefatura de los departamentos de física y matemáticas de la Universidad de los Andes. Fue condecorado por el gobierno por su aporte a la educación en Colombia.

El prof Bein también se destacó como maestro. Enseñaba varias materias, entre ellas matemáticas, inglés, química y física. Era el supervisor de los alumnos internos y se convirtió en el alma del plantel. En reconocimiento por su inteligencia, compromiso y dedicación, fue designado rector de la institución.

Era un gran admirador de la naturaleza. Con frecuencia salía a recorrer los cerros aledaños a Bogotá para deleitarse con los paisajes y recoger diferentes especímenes de plantas. A los estudiantes nos fascinaba pensar que él pudiera ser el director de nuestras excursiones de una semana a diferentes regiones y municipios del país.

Los dos eran hombres de carácter, serios y estrictos. Cuando dictaban clase, exigían atención de sus estudiantes. Cuando conversábamos fuera de clase eran cordiales, amables y carismáticos. Lo que aprendimos de ellos en clase fue importante; lo que nos enseñaron con su ejemplo, disciplina y profesionalidad. Invaluable.

José Alejandro Cortés