Ecoimaginario
Inicio mi primer día de clase en el grado 9º y mientras coloco mis materiales sobre el escritorio, como es lo usual, y como también lo es, que los chicos intenten ignorar la presencia del maestro en medio de algarabía, gritos y euforia, yo, con un tono de voz algo más fuerte y firme, vuelvo a saludar después de algunos intentos fallidos, finalmente, el estudiante Sergio Vélez con una expresión algo burlona, me pregunta: