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Fiocruz lanza una cartilla sobre los impactos psicosociales de la pandemia en los niños
Qué hacer y qué no hacer en el diario vivir durante esta cuarentena escolar
Rutina familiar.
Planificar el día y mantenerlo lo más cerca posible de su rutina habitual puede ser un factor protector contra la aparición de síntomas relacionados con la ansiedad y el estrés.
Tener tiempo para despertarse, comer y dormir, así como para llevar a cabo las diversas actividades, contribuye a la organización del día y también puede ser un aliado para promover el bienestar. Las tareas del hogar se pueden compartir incluso con los niños, respetando lo que pueden hacer de manera segura. Tener tiempo dedicado al descanso también es esencial, así como no se puede pasar por alto el ocio. Los niños necesitan moverse, por lo que las actividades que involucran al cuerpo son necesarias, pero puede diversificarse al involucrarlos en otros juegos como juegos de mesa, dibujos y narraciones.
En este momento, el uso de pantallas (TV, teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras) ha sido un aliado importante para mantener los lazos sociales y emocionales de los niños. Aunque es necesario observar el tiempo frente a las pantallas y es necesario garantizar la idoneidad y calidad del contenido, debe haber más flexibilidad en su uso. Las recomendaciones de la Sociedad Brasileña de Pediatría, que ofrecen parámetros para el uso de pantallas fuera de situaciones de crisis, indican que el tiempo diario sea apropiado para la edad del niño y se debe desalentar la exposición pasiva. Dichas recomendaciones no se aplican a casos de niños no verbales, que hacen uso de la tecnología como un recurso complementario de comunicación aumentativa.
En estos casos, se debe garantizar el acceso gratuito, teniendo cuidado de que también puedan jugar con menos necesidad de pantallas. Las pantallas o el teléfono también pueden garantizar un contacto importante para los niños refugiados o migrantes con su país de origen, lo que puede fomentarse como una estrategia para mitigar el anhelo y el sufrimiento generados en ese momento.
Aún con respecto al uso consciente de las tecnologías, una advertencia importante es que la exposición en entornos virtuales abre el camino para que los delincuentes sexuales actúen e incluso hace que los niños sean vulnerables a la explotación sexual. Por este motivo, es necesario estar atento a los sitios web a los que accede el niño, activar el control parental y el modo restringido en las páginas de acceso.
Además de las actividades domésticas y de ocio, los niños también han tenido demandas escolares. Las clases en línea, las clases de video, las tareas a realizar son algunos ejemplos de las propuestas que hacen las escuelas en diferentes niveles de educación, que requieren tiempo y dedicación no solo de los niños, sino también de un adulto que los ayuda.
Se han formulado preguntas sobre la efectividad de esta forma de enseñanza, principalmente porque el uso de tecnologías no es accesible para todos los niños y los procesos escolares no se limitan a la distribución más o menos efectiva del contenido académico. Lo más importante es la posibilidad de que los niños se mantengan en contacto entre ellos y con los maestros. Posiblemente, el mayor aprendizaje que tendrán será cómo desarrollar recursos para enfrentar situaciones de crisis, lo cual es fundamental para su desarrollo, a pesar de que esta ganancia no compite con la experiencia en el aula.
En el caso de los niños con discapacidades, las alternativas propuestas por las escuelas a menudo representan nuevas barreras para continuar sus estudios. Esto supone una carga adicional para los familiares o cuidadores, que son responsables de crear soluciones de accesibilidad y adaptaciones de materiales para que los niños puedan seguir la clase. Cuando esto no sucede, la continuidad de los estudios no es factible, lo que profundiza la desigualdad en la educación. Acoger con beneplácito la angustia y la frustración de los niños y sus familias, en este contexto, es esencial para minimizar las repercusiones de la probable sensación de que han sido descuidados o han sido dejados atrás. Por otro lado, hay intervenciones de atención específicas que se llevarán a cabo en el entorno doméstico (postural, alimentación, ejercicios de comunicación, entre otros) que se pueden negociar con familiares o cuidadores, para que reciban orientación adecuada para llevarlos a cabo. Para eso, será importante considerar sus condiciones y comprender que tales intervenciones tienen como objetivo promover el bienestar de estos niños, sin, por lo tanto, fomentar la culpa o demandas innecesarias.
También será importante dar la bienvenida a la preocupación de las familias sobre posibles "regresiones" en este contexto.
Contenido publicado originalmente en Virtudesaqui bajo la licencia Creative Commons.
Traducido por Daniela Saavedra Rodríguez.
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