Consejos para que el divorcio de los padres no afecte la educación de los hijos

Son muchas las familias que atraviesan un divorcio a lo largo de su vida. Ante, esta situación siempre surge una pregunta entre los padres de familia: ¿cuál es la mejor manera de ayudar a los hijos a atravesar esta dolorosa etapa y que la misma no afecte su desempeño escolar? 

Cada situación y cada familia son diferentes. Sin embargo, las siguientes sugerencias dadas por expertos pueden hacer que el proceso del divorcio con hijos sea menos doloroso para ellos y no se vea reflejado en sus notas o en su día a día escolar. 

Manejar los sentimientos, punta de lanza 

De acuerdo con los expertos que han realizado estudios e investigaciones en la materia, lo más importante siempre será animar a los niños a compartir sus sentimientos (positivos y negativos) sobre lo que está ocurriendo en el hogar. 

Es importante que los padres de familia que están en proceso de divorcio y aquellos que ya lo hicieron, busquen un espacio para hablar con sus hijos y los alienten a decir qué están pensando y cuáles son los sentimientos que tienen ante la situación. 

En este momento es elemental que los mismos padres de familia no mezclen sus sentimientos con los de los niños. Además, los adultos deben asegurarse que aquello que sienten los hijos es importante, válido y, ante todo, normal. Gracias a esto, y al hacerles saber que se puede desarrollar una conversación sobre las emociones, sean difíciles o dolorosa, ayudará a librar lo que tienen los menores dentro de sí mismo.  

Ahora bien, si los niños ven a sus padres enfrentar una emoción complicada, los adultos deben enfrentarla de la manera más saludable posible, no solo para darles un buen ejemplo, sino para demostrar cómo enfrentarse a una situación similar en un futuro. Para esto, lo mejor es:

• Intentar darle un nombre a la emoción ("En este momento me siento confundido").
• Aclarar que es normal sentirse incómodo a veces ("Es normal sentirse triste").
• Hablar sobre cómo enfrentar este sentimiento ("¿Sabes que me ayuda a sentirme mejor cuando estoy confundido? Jugar con ustedes y caminar al aire libre. ¿Lo hacemos?").

Alejar a los niños de los conflictos de los adultos 

Aunque parece una obviedad, esta es una de las acciones más difíciles de realizar. Sin embargo, una de las posiciones que más aconsejan los especialistas es nunca hablar de las situaciones difíciles acerca de su expareja delante de sus hijos o en un lugar en el que puedan oírlo. Los niños son como esponjas y siempre están prestos a prestar atención a estas cosas. Los estudios realizados mundialmente demuestran que el factor más importante para el desarrollo a futuro de los menores de la casa es el nivel de conflicto que ven entre los adultos en su hogar. Esto pone a los peques en un lugar difícil si tienen que elegir parcialidad o escuchar comentarios negativos sobre alguno de los padres.

Los hijos no son mensajeros

Aunque en muchos casos resulta tentador, no se deben utilizar a los niños como mensajeros y más en estos tiempos modernos cuando existen otras formas de comunicarse con la expareja. De igual manera, es sumamente aconsejable reducir la tentación de preguntarle a los niños qué acontece en la otra casa. De acuerdo con psicólogos de menores, los hijos sienten cierto porcentaje de ofensas cuando les piden que "espíen" al otro adulto. Por eso, lo mejor es comunicarse directamente con la expareja por temas como calendario de visitas, temas médicos o problemas académicos.

Buscar apoyo 

El apoyo de amigos, familiares u organizaciones locales brindan ayuda a los padres y a los hijos a adaptarse a la separación y al divorcio. Los más pequeños pueden conocer a otros niños que desarrollaron buenas relaciones con sus padres de familia, que ya están en etapa de separación y pueden contarse cómo lo afrontaron. En este punto, obtener apoyo puede ayudar a los adultos a encontrar soluciones a todo tipo de desafíos prácticos y emocionales, en casa o en las aulas de clases.

Frente a esto, siempre debe animar a los niños a tener una mirada positiva sobre ambos padres de familia. Incluso, en las mejores circunstancias, la separación y el divorcio, pueden resultar dolorosos y frustrantes para los pequeños, lo que se verá traducido en cambios de conducta, bajo rendimiento escolar y la falta de socialización.

Algo que poco se habla en estas situaciones, es que los padres de familia deben recordar cuidar de sí mismos. Para esto, la clave está en disminuir el nivel de estrés, buscando amigos que le brinden apoyo y solicitando ayuda cuando sea necesaria. De igual forma, es elemental mantener algunas de las viejas tradiciones familiares mientras construye nuevos recuerdos para departir con nuevos rostros en el núcleo social, así como mostrarles a los hijos cómo cuidar bien de la mente y el cuerpo en los momentos difíciles, lo que se traduce en aprendizajes para practicar la resiliencia en los diferentes puntos de la vida.