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Desde el escritorio, es fácil

Decidir desde el escritorio sin conocer la realidad hace que todo se vea fácil y viable.

Mayo 23, 2016

Cuando se definen y deciden desde el escritorio políticas y estrategias para mejorar las condiciones de vida de los colombianos, sea en materia de educación, salud, empleo, medio ambiente, seguridad, etcétera, las soluciones y su ejecución se ven fáciles y viables. Pero por lo general la realidad es más compleja que la teoría, por lo menos en este país macondiano en donde los niños se mueren de hambre. Adicionalmente, parte del problema, no son sólo las decisiones tomadas desde el escritorio, sino además que se toman a 2.600 metros más cerca de las estrellas y más alejados de la realidad.

En Colombia no faltan funcionarios con muchos títulos, incluso varios obtenidos en el exterior, con muy poco o ningún conocimiento sobre la realidad colombiana, por lo que no les queda otra alternativa que decidir desde el escritorio, desconociendo las realidades que solo el trabajo de campo y la experiencia permiten conocer.

Una de esa toma de escritorio es la que pretende que Colombia sea la más educada en el año 2025, ya que para lograr esto se requiere unas condiciones previas que sin un aumento considerable de recursos hacen que en la práctica sea un imposible lograr dicha pretensión. Pero es que desde el escritorio todo es más fácil. (Lea: No hay muerto malo ni plan nacional de desarrollo bueno)

“En Colombia, no faltan funcionarios con muchos títulos, incluso varios obtenidos en el exterior, con muy poco o ningún conocimiento sobre la realidad colombiana”

Pensar siquiera en una Colombia educada, es decir, suprimiendo “la más”, requeriría por lo menos lo siguiente: - Mejorar la formación de los maestros y sus salarios. - Garantizar a los educadores y sus familias el acceso a un excelente servicio de salud. - Ampliar, mejorar y mantener la infraestructura escolar. - Ofrecer a los estudiantes de todos los estratos programas de excelente calidad tanto académica como formativa en las instituciones educativas. - Garantizar la cobertura del 100 % de los niños menores de 6 años en programas de atención a la primera infancia. - Financiar la educación superior para ampliar su cobertura y calidad. - Crear un estatuto único de escalafón docente. - Revivir el movimiento pedagógico. - Desarrollar un sistema de educación que responda a las necesidades propias del país. - Evaluar a los maestros para que mejoran continuamente y reciban estímulo. - Garantizar una adecuada y balanceada alimentación escolar. – Hacer una nueva Ley de Educación, entre otras cosas, todo esto solo para considerarnos una Colombia educada.

Cada una de estos requerimientos necesita de personas que conozcan la realidad para poder tomar decisiones y no solo la que se puede obtener en Bogotá o en las grandes ciudades, sino la realidad de las diferentes regiones para que realmente sean útiles dichas decisiones y se puedan llevar a la práctica.

Para ilustrar lo que estoy diciendo, traigo a colación el viaje que hace unos días hice al Carmen de Bolívar, la capital de los Montes de María, en el departamento de Bolívar, donde pude evidenciar que la percepción del proceso de paz en esa zona, duramente golpeada por la violencia, es diferente a la que tiene una persona en Bogotá, pues allá reina la desconfianza hasta para hablar. Me contaban que, al no saber a qué bando pertenece mi interlocutor y afirmar algo que no vaya con sus ideologías, puede costarle hasta la vida. (Lea: En Bolívar se realizó un nuevo encuentro de grandes Maestros y Rectores)

Pero las decisiones de escritorio no son solo un problema de los funcionarios estatales, también las vemos en el sector privado en donde, igualmente, se privilegian más las recomendaciones y palancas para acceder a un cargo, que los méritos académicos y/o experiencia de un candidato.

Para lograr la paz necesitamos transformar la cultura y, en este caso, sería la de que nuestros líderes decidan desde el escritorio; tal vez si se nombran personas que se aventuren a conocer la realidad el país pueda lograr la tan anhelada paz.

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Abogado, con especialización en opinión pública y mercadeo político y Magíster en Educación.
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Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.