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El arte y la ética como medios de construcción ciudadana y de paz

A lo largo de la formación básica y secundaria el estudiante se enfrenta a una malla curricular que, si bien está orientada a su nivel académico, estará compuesta siempre de asignaturas fundamentadoras y complementarias. 

Septiembre 30, 2017

Para los aprendices, dichos espacios complementarios como la ética y el arte, son vistos como contenidos poco relevantes o formadores, pues se tiene el ideal que estas materias poco aportan al aprendizaje o desarrollan temáticas que para ellos no son de mucha relevancia.

Sin embargo, asignaturas como la ética y el arte pueden llegar a ser instrumentos generadores de impactos sociales, tales como la construcción  de ciudadanía en los jóvenes. Este es el caso de las instituciones educativas distritales Divino Maestro y Los Comuneros, Oswaldo Guayasamín en la ciudad de Bogotá. 

Realizando una mirada teórica respecto a lo que las asignaturas de la ética y las artes pueden proponer para la construcción de ciudadanía y paz, es apropiado resaltar algunos planteamientos del Ministerio de Educación (1998) donde expone para el espacio de la ética: En lo que concierne a la educación formal, la formación en valores éticos y morales, de suyo debe ocupar un lugar central en el mundo de la escuela. No obstante, por su naturaleza, en la medida que se ocupa de los comportamientos de la vida, ella no se debe limitar a un simple lugar en el currículo (...)

Por otra parte, el propósito fundamental de toda educación es preparar para el mundo de la vida y en él para el desarrollo del conocimiento, la belleza y el saber. Ello implica abarcar dos dimensiones de acción o de comportamiento: el mundo de la vida desde el cuidado y la atención de uno mismo, y el mundo de la vida desde el cuidado y la atención a los demás o lo que genéricamente llamamos, desde la antigua Grecia: el cuidado de la ciudad (p. 6).

En lo que respecta a las artes como espacio académico, el Ministerio de Educación (s.f) propone:  El aprendizaje de las artes en la escuela tiene consecuencias cognitivas que preparan a los alumnos para la vida: entre otras el desarrollo de habilidades como el análisis, la reflexión, el juicio crítico y en general lo que denominamos el pensamiento holístico; justamente lo que determinan los requerimientos del siglo XXI. Ser "educado" en este contexto significa utilizar símbolos, leer imágenes complejas, comunicarse creativamente y pensar en soluciones antes no imaginadas. (p. 2) 

Cada una de estas disciplinas cuenta desde su fundamentación curricular, con un enfoque hacia la construcción de sociedad y formación integral donde se busca construir aprendizajes más profundos y significativos que traspasen lo teórico. 

Con lo anterior, es necesario destacar la labor realizada por los maestros Alberto Silva, Edith Vernaza y Oswaldo Rocha como agentes de paz desde sus campos académicos. Por su parte, el docente Alberto Silva quien ejerce su labor en la institución Divino Maestro (Usaquén, Bogotá), encontró en la ética un canal para crear su malla curricular “Constructores de sentido” mediante la cual busca lograr en sus estudiantes de grados noveno, décimo y once el desarrollo de una autonomía moral que les sea de utilidad para enfrentar las diversas problemáticas que rondan su diario vivir como las agresiones físicas y psicológicas, el embarazo en adolescentes, el consumo de drogas, la delincuencia, los grupos de pandillas, entre otros factores.

Por otro lado, se tienen a los maestros Oswaldo Rocha y Edith Vernaza de la Institución Educativa Distrital Los Comuneros Oswaldo Guayasamín (Usme, Bogotá). Son maestros que se han dedicado a trabajar con jóvenes de bachillerato desde el área de las artes plásticas desde hace 7 años, dando inicio al proyecto en el año 2010. Su nombre es: “Las Frid@s: un viaje al corazón”.

Por medio de ellas tratan el tema del dolor desde las experiencias vividas por los estudiantes. Son alumnos que sufren situaciones de maltrato, vulneración a sus derechos, su nivel socioeconómico oscila entre el 0 y el 2, por lo tanto, son jóvenes con un alto índice de vulnerabilidad en cuanto a la salud, a la educación, habitan en un barrio muy alejado de la ciudad y por ende tienden a ser barrios olvidados por el gobierno.

Hay una gran cantidad de jóvenes que sufren abandono por sus padres, viven en contextos de violencia, pandillas, venta de drogas psicoactivas y esto en ocasiones hace que el individuo se oriente, así no quiera, hacia situaciones de peligro, de vandalismo, condicionando su forma de vida. 

Las metodologías utilizadas por estos maestros han logrado sobrepasar los programas convencionales en las materias de la ética y el arte. El maestro Alberto Silva desde su disciplina de la ética, diseñó una malla curricular donde busca enseñar ética para la vida de los estudiantes.

Esto es posible gracias a un proceso didáctico basado en ejercicios de reflexión, análisis de casos, una autoevaluación, un proceso de argumentación y finalmente una expresión lúdica en clase, todos estos condensados en talleres que los estudiantes desarrollan en cada sesión de clase.

A través de cuatro ejes fundamentales como lo son: vivir feliz y plenamente, convivir armoniosamente, decidir acertadamente y proyectar responsablemente, el maestro Silva espera formar ciudadanos autónomos moralmente con las bases necesarias para convivir en una sociedad que cada día presenta diferentes conflictos. 

 

De otra parte, la metodología usada por los maestros Edith y Oswaldo para desarrollar su proyecto de las Fridas consiste en ciertos pasos que conllevan a un solo fin, que los estudiantes tengan otra perspectiva de sí mismos, que se den cuenta que la vida va más allá del dolor, de la venganza, de la tristeza y que en la vida debe primar el amor propio. Cuando ese pensamiento es asimilado por los jóvenes, es cuando se dan cuenta que el proyecto cumple su finalidad y que definitivamente sirve para cambiar vidas y asimismo sociedades.

Se comienza con la reproducción de la película sobre la vida de Frida Kahlo, con la que se busca adentrar a los estudiantes a lo que fue su vida y su lucha por mantenerse viva. Seguido de esto, la maestra Edith muestra una colección de fotografías de la Casa Azul en donde se desarrolló toda la película y así se dan cuenta que es real, lo que causa en los estudiantes un sentido de pertenencia al proyecto.

Después de tener un conocimiento acerca del contexto, de la artista, se disponen a conocer sobre la vestimenta de su época y sobre todo los vestidos que usaba Frida, esto para llevar a cabo su diseño y confección por parte de los estudiantes, siempre con ayuda de personas expertas en el tema, pero sin dejar de lado la creación propia por parte de los jóvenes, que al fin de cuentas es lo que vale en este proyecto, su huella.

Todo esto va direccionado a la sesión fotográfica, que con ayuda de otros talleres como el Feo vs. Bello, en el que pueden ver una perspectiva diferente de la belleza y quitarse tantos estereotipos que la misma sociedad impone y a los que nos esclavizan de cierta manera. La sesión de fotos es exitosa en el sentido en que los estudiantes participan, las mismas mujeres usan los vestidos que ellas mismas crearon a partir de telas recicladas de sus casas y utensilios propios de la confección que poco a poco van trayendo al salón de clases para crear su propio taller.

Así como ellas son Fridas, los hombres también cumplen el papel de Fridos, su aporte al proyecto es el de aprender a manejar cámaras, luces, saber cómo dirigir una sesión de fotos y entender qué fondo y de qué manera se debe hacer la toma de una fotos. Finalmente, las fotografías son expuestas y socializadas ante el colegio, los estudiantes cuentan sus experiencias, los maestros explican el camino recorrido y cómo se recorrió.

Para Habermas (citado en Domínguez, 2003), el concepto de ciudadanía está contenido en una concepción de derecho, toda vez que, para ser ciudadano y participar en el espacio público, el Estado debe otorgar, reconocer y proteger unos derechos (p. 307).

Más allá de la búsqueda de reconocimiento de derechos o de una participación democrática, la formación ciudadana debe apuntar a formar ciudadanos participativos entre la sociedad, de igual manera, generar pensamientos colectivos más que individuales para ser partícipes del mejoramiento y desarrollo de su país. De este modo, se presentan este tipo de proyectos que ayudan a la construcción de paz entre los seres humanos, proyectos que asisten al ser humano a conocerse a sí mismo y a entender que no está solo en el mundo, y que así como él hay muchos otros que sufren, viven, aguantan dolor y llevan penas más amargas de las que pueden soportar; son la clase de ideas que dejan una enseñanza y una visión de cómo se quiere enseñar y cuál es el objetivo que debería tener cada maestro a la hora de desempeñarse como docente en una institución educativa.  

 

Gracias a la práctica docente, los que estamos en formación nos damos cuenta de la cantidad de trabajo y de proyectos que hay por hacer y que se pueden hacer en las diferentes zonas del país. Es cierto que cada contexto es diferente y cada contexto acarrea situaciones distintas de pronto con formas de solucionar distintas; lo que no se puede olvidar es que ser humano es ser humano donde sea, en el colegio, en el hogar, en la calle, en el trabajo y en cualquier otro sitio que se pueda imaginar. Por lo tanto, el ser humano siente y reacciona de maneras opuestas ante cualquier circunstancia presentada.

Es allí donde entra el trabajo de maestros como Alberto Silva, Oswaldo Rocha y Edith Vernaza entregados a la enseñanza y sobre todo a la reconstrucción y la reparación de tejido tanto social como personal. Aportar un grano de arena para que los seres humanos se sanen a sí mismos primero y aprendan a convivir con sí mismos antes de querer establecer relaciones con los demás. 

Para finalizar, el hecho de querer cambiar a la sociedad empezando por los estudiantes que son los más jóvenes y más sensibles a la guerra, a la violencia, a querer irse por el camino más fácil sin pensar en las consecuencias, ya con solo este acto de transformación y que se interesen en generar un cambio, están aportando a la construcción de paz.

Desde la formación ciudadana, educar a jóvenes para que al salir del colegio ya tengan una visión diferente del mundo a la que muestran los medios, en la que se sueña que todo es paz y tranquilidad y que más allá de la puerta de la institución educativa, no hay nada más difícil, ya los hace más maduros a la hora de tomar sus decisiones, ya pensarán dos veces antes de irse por cualquier camino, sea bueno o malo.

Por medio del arte, también se ve reflejado el aporte para la construcción de la paz, a través del dolor el ser humano se perdona y aprende a perdonar con más facilidad, no se asegura que se llegue a superar el dolor pero sí se asegura que se aprende a vivir con él.

Los estudiantes aprenden a ser resilientes, aprenden a aceptar que la vida que viven es la única que tienen, por ese simple hecho de existir en el mundo, tienen un deber consigo mismos, el deber de vivir bien, de quererse y aceptarse como son, sobre todo de comprender que caerse es aprender a levantarse las veces que sean necesarias, que de todas las malas experiencias que hayan tenido que vivir siendo tan jóvenes, aún falta mucho más por vivir y aprender y que nada puede quitarles eso que les corresponde por ser seres humanos con sueños, metas, deseos que cumplir y es la vida misma. 

 

Referencias:

Domínguez, Héctor (2013). Democracia deliberativa en Jürgen Habermas. Vol. 4 (No. 5) p.301-326 | julio-diciembre |ISSN: 2027-7458 | Medellín- Colombia. Recuperado en:  Dialnet-DemocraciaDeliberativaEnJurgenHabermas-5206395.pdf

Fundación Santillana. (2014). XX Premio Santillana de Experiencias Educativas 2014. [online]Recuperado en:www.premiosantillana.com.co

Ministerio de Educación (1998). Lineamientos curriculares educación ética y valores humanos. Recuperado en: www.mineducacion.gov.co

Ministerio de Educación (s.f). Lineamientos curriculares educación artística. Recuperado en: www.mineducacion.gov.co

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Estudiantes de la Licenciatura en lengua castellana, inglés y francés en la Universidad de La Salle.
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Carlos Enrique Sánchez Santamaria
Gran Maestro Premio Compartir 2011
Con el apoyo de las tecnologías logré que los estudiantes convirtieran el pasado de exclusión que vivió éste municipio lazareto en un pretexto para investigar, conocer la historia y conectarnos con el mundo.